Comer y folgar


Las necesidades básicas de un animal son comer y reproducirse. Mis necesidades básicas son la buena comida y el sexo. Lo único que me diferencia de una bestia es la interpretación eufemística de una misma necesidad.

Desconeguts


Ben sovint, però també si més no ho espere, se m'apareix gent. Són desconeguts, o tal vegada van ser quelcom meu, i ja els he oblidat. Darrere de l'esglai inicial, la por va deixant pas a un sentiment d'impotència i de ràbia, perquè, per més interès que pose, mai amb si comunicar-me amb ningú. M'agradaria preguntar-los què tal els va per allí, en eixa dimensió tan diferent. Després, quan desapareixen, em quede molt trist durant hores, abraçat a les flors que solen depositar sobre la meua làpida.

He vuelto

Estoy contento por volver. Mi literatura (si se puede llamarse así) es como el estiércol, no es buena a no ser que se esparza.

Los diez aforismos

Anuncio que marcho siete días sin móvil ni internet a perderme por la sierra de Mariola (os doy este dato puesto que quiero perderme y encontrarme a los siete días, o que me encuentren). Así que os voy a largar los telegramas de la semana y os dejo la posología a vuestro libre albedrío. Allá van:

Aforismo del sábado 21: En una ocasión fui al médico porque veía elefantes rosas por todas partes. Me preguntó si había visto a un psicólogo, y yo le respondí que no, sólo elefantes rosas. Y es que no hay genialidad sin un gramo de locura (¿sabes quién dijo esto? pues nada menos que Aristóteles, cágate lorito).

Aforismo del domingo 22: Cuando te lavas las manos, normalmente te ensucias la conciencia.

Aforismo del lunes 23: No me hace falta que nadie piense como yo, para eso ya estoy yo.

Aforismo del martes 24: Como no soy capaz de encontrar la luz, he optado por perder el miedo a la oscuridad.

Aforismo del miércoles 25: No soy lo suficientemente joven para saberlo todo.

Aforismo del jueves 26: Al vencedor nunca se le pregunta si decía la verdad.

Aforismo del viernes 27: Como irónico siempre me encuentro prematuramente decepcionado por el futuro.

Aforismo del sábado 28: Si das la sensación de necesitar cualquier cosa nunca te darán nada. Es necesario aparentar ser rico para hacer fortuna.

Aforismo del domingo 29: Un hombre sólo siempre está mal acompañado.

Espero que este último aforismo me convenza de que ya es hora de volver al mundo real, al fin y al cabo: No importa dónde vayas, cuando llegues siempre estarás allí ( y este es el décimo aforismo).

Nos vemos si el mundo aguanta una semanita más.

Shakespeare me perjudica la salud


Hace tiempo que no leo autores cuyo apellido empieza a partir de la letra S, debido a que suelen estar en las estanterías más bajas de las bibliotecas, ordenadas de arriba a abajo alfabéticamente, y mi espalda se resiste a agacharse. Por eso no leo a Shakespeare.

El sentido de la vida


En el siglo pasado, la vida carecía de sentido, o bien podríamos decir que el sentido de la vida era que ésta era absurda. En este siglo creo que la vida tiene otro sentido, el pitorreo. La vida se pitorrea de nosotros. ¿Cuál será el próximo sentido de la vida? La extinción, supongo.

Dandy


Me gusta ir bien vestido, porque así, al llegar a casa puedo automáticamente vestirme como un indigente.

Realidad


Queremos ser guardianes de lo eterno cuando no somos más que frágiles estampas del instante que vivimos.

Ley de proporcionalidad amorosa


El amor por una persona es directamente proporcional al propio desconocimiento del ser amado.

Frase lapidaria

Estoy buscando una frase lapidaria que pronunciar momentos antes de morir, y lograr así ser recordado por ella. Nunca olvidaré la que dijo mi abuela: ¡joder, no muevas la escalera!

Las esperas


A veces oigo cosas sobre las esperas... que desesperan. Un lunes a las ocho de la mañana José fue al ministerio con la intención de hablar con el ministro. En información le indicaron que debía subir hasta el sexto piso. Al llegar, en una recepción atestada de gente que iba y venía de manera esquizofrénica, le dijeron que el señor ministro no estaba, que volviera mañana. El martes a las ocho de la mañana José llegó al ministerio y subió directamente al sexto. El señor ministro estaba en una reunión, no pudo atenderle. El miércoles a las ocho de la mañana José, ante la misma recepción, se enteró de que el señor ministro había salido de viaje. El jueves a las ocho de la mañana informaron a José de que el ministro sí estaba pero muy ocupado. No importaba, él iba a esperarlo. Pasaron las horas y él seguía allí sentado, donde le indicó la empleada, junto a una frondosa planta. Nadie lo miró en ningún momento, parecía transparente, invisible. Y pasó el tiempo. José perdió la cuenta de los días, allí en el banquito era difícil saber si era lunes o jueves, porque todo era igual a la jornada anterior y a la siguiente. La única diferencia era la planta, que crecía despreocupadamente. Un día vio al ministro entrar en el despacho y quiso levantarse pero no pudo. Creyó que era una especie de entumecimiento total, ya que no sólo no podía levantarse, sino que no podía despegar las manos del regazo, ni los pies del suelo. Desde sus manos salían pequeñas raíces que se incrustaban en el pantalón, fundiéndose con la tela. Otras salían desde los zapatos rotos y se adherían con firmeza al suelo; algunas, las más finas, habían comenzado a meterse entre los resquicios de los azulejos. Quiso hablar, quiso gritar, pero no pudo despegar lo labios. Unos días después, sus manos eran parte del pantalón y ni siquiera él hubiera podido reconocer alguna forma en lo que antes eran dedos. Pero ya no le importaba. Seguía esperando, pero ya no al Ministro, ni siquiera recordaba el motivo de la espera. Ahora esperaba otra cosa, pero mucho más ansioso que antes, anhelaba los días en que tocaba regar.
La recepcionista cogió la baja, tenía la extraña sensación de que la observaban.
Columna publicada en Arrels, julio de 2012.

El reflejo


Hoy descubrí mi reflejo en el agua estancada de la taza del wáter antes de orinar. Me pareció incluso poético reconocerme levemente distorsionado y desaparecer luego al comenzar a miccionar. Mirarse allí es un ejercicio saludable porque ayuda a aceptar nuestra verdadera naturaleza. Sin embargo no es recomendable hacerlo si lo que vas es a defecar. Dejar caer el sólido sobre tu cara puede acabar destruyendo el ego más subido.

El deseo


Me gustaba soñarla, sólo soñarla, porque era un amor diferente. No era carne, ni alma, era sólo deseo.

Originalidad


Vi un tomate con una capa. Era un supertomate. Luego me encontré con una naranja con una capa, pero sólo era una naranja disfrazada de supertomate. En el mundo del arte, hoy en día, la originalidad lo es todo.

Elogio del fracaso



Acaba de salir el catálogo de la 7 bienal del arte del desecho, un cúmulo de textos críticos excelentes sobre otros tantos artistas no menos interesantes. Os copio mi aportación al arco de no triunfo del gran Pascual Bailón, y el enlace para que os podáis descargar gratis el pdf completo.
Pascual tiene pinta de bonachón. Y es que es un tipo moderadamente feliz.
Como yo, supongo. Probablemente como tú, lector. Y creo que esa pinta de bonachón y su moderada felicidad se basan en su humanidad.
Digo esto porque allí donde el hombre es más humano es en el fracaso. Y de fracaso habla el no triunfo de Pascual Bailón. Muchos somos los que encontramos belleza en el fracaso. Cuando una persona fracasa, se presenta vulnerable y ruedan por el suelo las caretas. En cambio, supongo que por malsana envidia, siempre me ha parecido vulgar el éxito. ¿Tú te has dado cuenta, lector, de que los triunfadores de hoy son los de siempre? Seguro que no eres el único al que le huele peor la arrogancia del ganador que el sudor del derrotado. Igual al leer esto crees que Pascual y quien escribe somos amargados y resentidos, pero detén tu apresurado vivir y deléitate con la hermosura que acompaña la impotencia de lo humano y la liberación de asumirse limitados.
La vida ha hecho a Pascual Bailón autodidacta. Quizá por los años que anduvo pululando por Latinoamérica, quizá por las circunstancias de Ortega y Gasset que lo devolvieron a España, su obra crece ahora entre los árboles de una montaña del interior de Castellón (literalmente) y no se ha prodigado en las salas de exposiciones (tres en los últimos cuatro años). Así que una muestra de su filosofía vital es un lujo. Hace años, pululando yo también en otros hemisferios, anoté una frase del periodista peruano César Hildebrand. La obra de Pascual Bailón ha hecho que la recordara. Decía que el éxito suele ser el espejismo del hoy y que muchísimos fracasos son la posteridad del mañana. Así que, cuando Pascual Bailón reúne a Araceli Bailón, José d’Oleo, David Pedrajas, Cristina Hamilton, Luis Bailón, Cintia Andreu, Álvaro Pastor y Cristian Bailón; y convence para que le ayuden a Juan E. Ejarque, Reyes Sales, Cítricos Enqueixa, Expomader, Santi Caudet, Mar Pedrajas, Ángel Jiménez, Pili y Tere Bailón, Mari Carmen Hernández, Eva Pedrajas, Mari Carmen Bailón, Zoe Pedrajas, Begoña Barberá, Belén Renau y Adrián Caudet; y comienzan entre todos a montar una estructura de madera cúbica coronada y rellenada de tocones de naranjo de uno de tantos huertos muertos y abandonados, todos pintados y colgando a distintas alturas; y lo rematan con palomas de la paz dibujadas con tapones de corcho a modo de enjutas; y deciden que lo que han hecho es un arco de no triunfo; pues a mí me da por pensar: amigo Pascual, lo vuestro es un elogio a todos los que jamás serán molestados por un autógrafo; a los que agachan la mirada ante la agresividad; a los que no encuentran las palabras para declararse a esa mujer o ese hombre que los sobresalta; a los descendientes de las derrotas; a los carne de cañón colgados como tocones muertos; a los últimos que jamás serán los primeros; a los que hacen cola en el hospital público; a los que tienen la mejilla reventada de tanto ponerla; a los que lo han perdido todo alguna vez; y a los que se creen poco y valen mucho.
Porque en este mundo asesino de singularidades mandado hacer por idiotas belicosos, ¿qué es éxito y qué es fracaso? ¿Es un fracaso ser consecuente con lo que se piensa y pagar por ello? ¿Es un fracasado el apaleado a las puertas del Banco Mundial? ¿Es un fracasado el que llora a solas por las ballenas?
Pascual prefiere alimentarse de las experiencias de aquellos que surcaron los intentos de la vida y no alcanzaron más que el olvido de un fracaso. Porque el fracaso es una fosa común donde yace la mayoría, una fosa que almacena un conocimiento y sabiduría conmovedores.
Pascual Bailón nos dice a través de su arco de no triunfo que, de todas formas, él sabe que ni él, ni yo, y, piénsalo, ni tú en el fondo, perderemos esa esperanza de, aunque sea de vez en cuando, intentarlo, aportar un poquito de amor, amistad y comprensión a este desastre de mundo, porque nos hace felices que el vecino de abajo sea también feliz, y que, por unos instantes, haya una sociedad más justa gracias a nosotros, los fracasados.
El arco de no triunfo es para los que, como los que lo levantaron, como tú y como yo, no aceptan que todo siga igual aunque todo siga igual desde que nacimos.
Celebremos, amigos, abrazados a las interminables huestes de los perdedores, otra vez ser los vencidos, los fracasados.


Catálogo de la 7 bienal de Arte del Desecho

Obviamente (2)

Pregunta el camarero: ¿Cómo quiere el señor sus huevos?
Responde el cliente: Con toda mi alma.

Obviamente (1)

Pregunta el cliente: Mozo, ¿qué tiene de entrada?
Respuesta del camarero: Una puerta de cristal.

Ezequiel


El camino del hombre recto esta por todos lados rodeado por las injusticias de los egoístas y la tiranía de los hombres malos. Bendito sea aquel pastor que en nombre de la caridad y de la buena voluntad saque a los débiles del valle de la oscuridad porque el es el auténtico guardián de su hermano y el descubridor de los niños perdidos. Y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquellos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos, y tú sabrás que mi nombre es Yahvé, cuando caiga mi venganza sobre ti. Joder, quién se iba a imaginar que Ezequiel iba a ser famoso por ser guionista de Pulp Fiction.

Valiente


Era un valiente, lo último que hizo antes de morir fue sacarles la lengua.
¿A quiénes?
 A los que lo ahorcaron.

Lotería


Mira las probabilidades y entenderás que la lotería es un impuesto para los que suspendían matemáticas en el cole.

Zombies


Publicado en Castelló al mes, julio de 2012.
Llega un día y se desata una crisis mundial provocada por un virus desconocido que convierte en caníbales salvajes a los seres humanos. ¿Zombies? No tío, no son zombies, yo soy más original, estos son bestias sedientas de sangre, hambrientas de carne humana. El caso es que casi toda la población ha sido infectada por el terrible virus, pero existe un pequeño grupo de sobrevivientes conformado por un militar retirado trastornado por sus duras experiencias en Afganistán, una despampanante doctora en física cuántica con los pechos operados, un policía gordo afroamericano al que le falta una semana para jubilarse, y un pequeño niño, genio de la informática, con su perro viejo y ciego. Este pequeño pero valiente grupo viaja por toda la nación huyendo de los monstruos caníbales y llegan hasta un centro comercial. ¿Que ya has visto El amanecer de los muertos? Espera hombre, que no he terminado, digo que llegan a un centro comercial pero no pueden entrar porque un zombie que estaba en la puerta fumando, sin querer,  provoca una explosión que destruye el edificio antes de que nuestros héroes puedan acercarse. Bueno vale, son zombies, sólo quería ser un poco original. Y sí, pueden fumar ¿vale? Si vas a seguir poniendo pegas a mi historia no sigas leyendo y en paz. El caso es que al militar se le ocurre la idea de viajar hasta Springfield donde el gobierno tiene escondida una máquina del tiempo que capturaron a los extraterrestres en los años sesenta. Él lo sabía porque estuvo liado con una de la CIA, pero aquello no salió bien. A lo que iba que me pierdo, la idea es que viajan a los tiempos de Jesús para escapar lo más posible de las bestias sanguinarias. Sin embargo, el perro ha sido mordido y nadie se ha dado cuenta a excepción del niño, que no dice nada porque es lo único que tiene en la vida. Así, todos suben a la máquina del tiempo y llegan a Jerusalén en el año 30 antes de Cristo. Sí, antes. Primero llegan al año 30 antes de Cristo, se dan cuenta de su error y vuelven al año 30 después de Cristo. Pero el gordo poli afroamericano se había bajado para orinar detrás de una mata y va y se lo dejan. Cuando la máquina llega al 30 después de Cristo encuentran a su hijo porque el poli ya había muerto de lepra. Antes de morir le dijo a su hijo que esperara a sus amigos en el sitio donde él se había quedado, 30 años después, así que cuando llegan se encuentran al mulato de Jerusalén (era famoso), acompañado del mismo Jesús que estaba interesado en las apariciones y esas cosas. Antes de que el Mesías pudiera saludarlos, el perro se le echa encima y le muerde la mano. Jesús se convierte en zombie y se esconde en el sepulcro de Lázaro. A los cinco minutos salen los dos y atacan a todos. Eso explica muchas cosas. Los protagonistas se esconden con los apóstoles, que estaban preparando la cena, pero aparece Jesús con los ojos inyectados de sangre y espuma en la boca y muerde a los apóstoles. Éstos, a su vez, se comen al perro y al niño, mientras que el militar y la doctora logran escapar. Desde el monte Carmelo ven como arde Jerusalén, toman la máquina del tiempo y se marchan a la época de los dinosaurios para salvarse de la infección. El militar no se da cuenta de que la chica tiene una mordedura en la mano...

Ganar

Durante un tiempo se puso de moda, tras la consumición de cierta cantidad de alcohol, el bravo deporte consistente en competir en las vías del tren para ver quién era el último en apartarse antes del paso de la locomotora. El último ganador fue el irlandés Patricio Stiff, quien obtuvo el tiempo récord imbatible de 0:00 segundos antes de apartarse (o más bien de que lo apartaran). Dejo al lector la reflexión sobre si ganar es siempre bueno.