Ley de la belleza y el amor

La inteligencia es belleza y el sexo es amor.
Y con esta reflexión, os deseo feliz año nuevo.

A veces pasa

Me pidieron que escribiera un artículo de 3000 palabras sobre los impredecibles del destino. Escribí mil veces: "A veces pasa"

El uno para el otro

Estaban hechos el uno para el otro. Ella tenía la piel blanca y suave. Él los colmillos afilados.

Helena de Troya

Diez años matándose unos a otros. Si supieran que Helena de Troya se moría por un menage a trois.

Microrrelato hiperbreve y bilíngüe de amor y erotismo basado en hechos reales

Microrrelato hiperbreve y bilíngüe de amor y erotismo basado en hechos reales:

¿Vienes o voy?

Véns o vaig?

Arte contemporáneo

Cuando el borracho vomitó en la pared del museo, comprendió el crítico de arte que el arte contemporáneo no podía ser sólo una expresión de lo que llevas dentro. Es algo más.

Yo mismo

Si yo haría caso de tu consejo, ser yo mismo... pero luego está el código penal y eso.

Éxtasis divino

Cuando la monja emuló a Santa Teresa y consiguió ver a Dios, éste le dijo: Soy Zeus y deseo complacerme en tu carne mortal. La monja murió en un éxtasis místico.

Náufrago

Escapó del ahogo del amor para convertirse en un náufrago en un mar de nostalgia.

De fiar

No soy de fiar. Así que no me pidáis pasta.

Una vida juntos

¿Cuando la viste por primera vez pensaste en pasar con ella toda una vida juntos?
Fue verla por primera vez y saber de ella como si llevásemos toda una vida juntos.

Memoria (2)

Al salir de un gran edificio perdí la memoria. Le pregunté a la gente que había cruzado la puerta conmigo, pero nadie dijo conocerme, así que decidí volver a entrar en aquel edificio a ver si alguien me decía quien era. En cuanto crucé la puerta recobré la memoria, mi nombre y la conciencia de quien era. Decidí volver a salir con la esperanza de olvidarme.

Memoria (1)

Tras el accidente perdió la memoria y anduvo herido por calles desconocidas hasta que al cabo de unas horas reconoció un portal. Llamó y una mujer le abrió y le dijo: Me juraste que nunca regresarías.

Sin remitente

Me llegó una carta sin remitente. Lo curioso es que iba dirigida a mi, aunque la dirección no era correcta. Sin embargo llegó. Al abrirla, la carta anunciaba mi muerte instantánea. No entendí nada, hasta que vi que el matasellos era de dentro de tres años.

Perpendiculares

Éramos perpendiculares en un mismo plano y una misma dirección. Tras el evidente e inevitable choque somos eternos paralelos.

¿Qué quieres?

No quiero que hagas lo que yo quiera, quiero que hagas lo que tú quieras.
¿Y acaso no es lo mismo? preguntó ella.