Antes muerto que asimétrico


Columna del mes de mayo publicada en el periódico Castellón al mes 

Tengo un pelo en la ceja izquierda que a veces se rebela contra la dirección de sus compañeros y se alza, amenazante,  perpendicular a mi cara. Yo soy muy cuidadoso para estas cosas y me gusta eliminar los pelos que crecen como la mala hierba o que no muestran la docilidad propia de su función estética. Es un ritual que cumplo sin desgana, incluso con agrado, por lo menos dos veces por semana, comenzando con unas tijeritas hechas para tal menester y terminando, en ocasiones, con un par de pinzas, obviando el dolor en pro de la correcta y apreciada socialmente simetría facial. A veces, el pelo en cuestión se convierte en líder, arrastrando a otros de menor rango y tamaño en su desafío al peine opresor. Entonces actúo sin piedad. Uno por uno veo esas malas hierbas pequeñas caer en el lavamanos y luego irse por el desagüe, arrastrándose hacia algún lugar desconocido, quizá hasta el fondo del mar donde serán alimento de los peces. Es mi contribución al gran círculo de la vida. El otro día, durante mi expurgue de cada dos semanas, me di cuenta de algo que me había pasado desapercibido antes. No eran pelos rebeldes en mi ceja. Eran personas diminutas que vivían en los pelos como una tribu arcaica del Amazonas. Las corté con las tijeras y entonces oí lo que parecía un lamento muy bajito. Llanto de diminutos. No podía entender  lo que decían pero estoy bastante seguro, dado el contexto de la situación, de que estaban quejándose. Pensé en añadir el ruido del agua del grifo para ahogar sus gritos y de paso sus cuerpos. Pero no me atreví a hacerlo. No habían hecho nada malo, aparte de ser mis inquilinos. Cierto es que tampoco me pagaban alquiler. Pero ¿qué podían pagarme que no fuera el dinero pequeño que debían poseer en sus pequeños bolsillos? Decidí pasarme el peine por la ceja, uno de púas estrechas contra los piojos. Lo hice suavemente, arrastrado a aquellos pequeños habitantes faciales hasta el lavabo de cerámica, dónde luchaban contra la pendiente, estirando sus brazos para no resbalarse, aferrándose a la vida. Hice un sincero esfuerzo para no hacerles daño, pero incluso el más leve contacto era un duro golpe para unas criaturas del tamaño de una mini hormiguita. Sin microscopio o lupa a mano, tenía que confiar en mi ojo miope para verlos. Les acerqué una punta de la toalla para que se cogieran allí, y luego llevé la tela lo más cerca de mi rostro que pude para así obtener una mejor visión de mis desahuciados inquilinos. Aún así no podía distinguir los rasgos distintivos de sus caras. Todos se veían como pequeños folículos pilosos con bracitos y piernitas. Pero podía oír sus gritos, y juro que incluso los vi reunirse alrededor de sus amigos caídos para guardar un momento de silencio. Entonces, desde el pasillo oí a mi mujer que me llamaba. Me preguntaba si iba a tardar mucho todavía. Improvisé, pues no soy persona proclive a la religiosidad, una oración silenciosa por los vencidos, dejé la toalla sobre el lavabo y estudié a los pequeños que seguían vivos. ¿Podría realmente vivir tras matar a todos los diminutos sólo por el hecho de estar mínimamente guapo? Mi mujer volvió a llamarme. Sabiendo que ella no lo entendería, me encogí de hombros, tomé un trozo de papel higiénico y rápidamente aplasté a los supervivientes. Los lancé al inodoro y tiré de la cadena con la esperanza de que mis pequeños compañeros creyeran en la reencarnación. Y me fui a cenar con mis cejas perfectamente simétricas.

Tropezón


Le acaricié el pecho creyendo que se me estaba insinuando. Me equivoqué, entendí mal sus intenciones. Es lo que se conoce como tener un tro-pezón.

El estanque


- Los han encontrado en el estanque. Están todos muertos.
- ¿Están qué?
- Sí hombre, el sitio ese donde viven los patos.

Corpore sano






Mi rutina en el gimnasio es: cinco minutos de bici, vomitar, desmayarme, ducha y...cervecita, que me lo he ganado.

Odio a los vegetarianos


Comer carne es un acto noble, ya que mandas al cielo a una vaquita o a un pollo (aunque sea de tres piernas), lejos de este mundo lleno de horribles vegetarianos que se comen su comida.

El pasado nunca vuelve


Mientras paseaba por el centro comercial, recientemente, me topé con Ricard, un viejo amigo que conocí en mis bohemios años noventa. Nos saludamos con entusiasmo. Me alegró mucho verlo, y tenía muchas cosas que contarle. Tan grande fue la alegría que al abrazarlo perdió el equilibrio y cayó por la escala mecánica, dispersando sobre las barandillas a los compradores que estaban subiendo desde el garaje. No tuvo lesiones graves, pero estuvo temporalmente  inconsciente. Después de recobrar el sentido, le invité a tomar una copa, pero él ya no se alegraba de verme. Había perdido la memoria. A veces el destino nos confirma que el pasado no vuelve nunca.

Mentre passejava pel centre comercial, recentment, em vaig topar amb Ricard, un vell amic que vaig conèixer en els meus bohemis anys noranta. Ens saludarem amb entusiasme. Em va alegrar molt veure’l, i tenia moltes coses que comptar-li. Tan gran va ser l'alegria que a l'abraçar-lo va perdre l'equilibri i va caure per l'escala mecànica, dispersant sobre les baranes als compradors que estaven pujant des del garatge. No va tindre lesions greus, però va estar temporalment  inconscient. Després de recobrar el sentit, el vaig invitar a prendre una copa, però ell ja no s'alegrava de veure'm. Havia perdut la memòria. A voltes el destí ens confirma que el passat no torna mai.

Vaya par de huevos


La expresión tener huevos, aplicada a una persona valiente, no es un invento reciente. De hecho tiene unos orígenes muy antiguos que paso a relatar. Es un fenómeno común que el miedo y el frío reduzca el tamaño de la bolsa escrotal dejándote los cataplines como a un tigre, pequeños y pegados al culo. Esta reacción apenas se nota en esta era moderna, donde la mayoría de la gente suele usar ropa. Una excepción es el encogimiento escrotal visible en las playas nudistas a causa de la baja temperatura del agua, pero de todos es sabido que en las playas nudistas nadie mira donde no debe. Por otro lado, rara vez se observa el fenómeno en nuestro propio cuerpo, ya que las condiciones de pánico y terror generalmente no dan lugar a especulaciones sobre cómo te cuelga el escroto. No obstante, nuestros antepasados del Paleolítico, que iban básicamente desnudos sí que podían haber observado el interesante comportamiento de los testículos en situaciones de estrés y, por lo tanto, acuñar la frase antes mencionada. Imaginamos la situación con el fin de una mayor didáctica expositiva: un grupo de hombres primitivos sale de caza. De repente viene un mamut que carga velozmente hacia ellos mientras hace sonar la trompa. Todos se quedan paralizados por el miedo y sus escrotos se reducen de forma instantánea hasta tener el tamaño de un guisante. Todos? No, un valiente cazador tensa con calma su arco mientras que sus testículos cuelgan balanceándose de un lado a otro. Dispara y mata al mamut. Semanas más tarde aún se recuerda su gesta, pero la expresión que más se repite en las narraciones en las cuevas es: ¡Qué huevos tenía!


L'expressió tindre ous, aplicada a una persona valenta, no és un invent recent. De fet té uns orígens molt antics que passe a relatar. És un fenomen comú que la por i el fred reduïsca la grandària de la bossa escrotal deixant-te els cataplins com a un tigre, xicotets i apegats al cul. Esta reacció a penes es nota en esta era moderna, on la majoria de la gent sol usar roba. Una excepció és l'encolliment escrotal visible en les platges nudistes a causa de la baixa temperatura de l'aigua, però de tots és sabut que en les platges nudistes ningú mira on no deu. D'altra banda, rares vegades s'observa el fenomen en el nostre propi cos, ja que les condicions de pànic i terror generalment no donen lloc a especulacions sobre com et penja l'escrot. No obstant això, els nostres avantpassats del Paleolític, que anaven bàsicament nus sí que podien haver observat l'interessant comportament dels testicles en situacions d’estrès i, per tant, encunyar la frase abans mencionada. Imaginem la situació a fi d'una major didàctica expositiva: un grup d’homes primitius ix de caça. De sobte ve un mamut que càrrega veloçment cap a ells mentre fa sonar la trompa. Tots es queden paralitzats per la por i els seus escrots es redueixen de forma instantània fins a tindre la grandària d'un pésol. Tots? No, un valent caçador tensa amb calma el seu arc mentre que els seus testicles pengen balancejant-se d'un costat a un altre. Dispara i mata al mamut. Setmanes més tard encara es recorda la seua gesta, però l'expressió que més es repeteix en les narracions en les coves és: Quins ous tenia!

Nudistas

Uno no se hace nudista, uno nace nudista.
En todo caso con el tiempo uno se hace vestidor... o modista.

La curiosidad mató a la abuela


A causa de su curiosidad excesiva, una anciana cayó por la ventana del primer piso y se estrelló contra el suelo. Otra anciana, la del segundo, acechó por la ventana a ver qué le había pasado a la primera, y por su curiosidad excesiva también cayó de la ventana y se estrelló contra el suelo. Lo mismo le pasó a la anciana del tercero, después a la del cuarto y también a la del quinto. Cuando la anciana del sexto cayó por la ventana no se mató, porque el suelo estaba almohadillado de ancianas, demostrando que el refrán mal de muchos, consuelo de tontos, no es siempre cierto. A veces el mal de muchos te salva la vida, o por lo menos te lo almohadilla.

A causa de la seua curiositat excessiva, una anciana va caure per la finestra del primer pis i es va estavellar contra el sòl. Una altra anciana, la del segon, va aguaitar per la finestra a veure què li havia passat a la primera, i per la seua curiositat excessiva també va caure de la finestra i es va estavellar contra el sòl. El mateix li va passar a l'anciana del tercer, després a la del quart i també a la del quint. Quan l'anciana del sext va caure per la finestra no es va matar, perquè el sòl estava encoixinat d'ancianes, demostrant que el refrany mal de molts, consol de tontos, no és sempre cert. A vegades el mal de molts et salva la vida, o almenys te l'encoixina.


Olvido


Una cosa increïble que em va passar ahir és que de sobte s’em va oblidar el què va primer, si el 7 o el 8. Vaig anar a la universitat i els vaig preguntar als meus companys professors la seua opinió sobre este assumpte. Gran va ser la seva sorpresa quan de sobte van descobrir que tampoc podien recordar l'orde. Es recordaven d'1, 2, 3, 4, 5 i 6, però no del que venia després. Què se suposava que havíem de fer? Vam anar al campus i començarem a comptar els arbres. Però a l'arribar al sis no sabíem com seguir i començarem a discutir. Estàvem discutint quan per algun colp de sort, un estudiant va caure d'un banc i es va trencar el cap. Això ens va distraure de les nostres preocupacions i ens vam poder anar a casa. No hi ha mal que per bé no vinga.

El no home


Hi havia una vegada a Betxí un home pèl-roig, sense ulls i sense orelles. No tenia pèl, per la qual cosa ser pèl-roig era només quelcom que es va dir una vegada d'ell. No podia parlar, perquè no tenia boca. No tenia nas tampoc. Ni tan sols tenia braços o cames. De fet no tenia estómac, no tenia esquena, i no tenia columna vertebral. No tenia res en absolut. Per tant, és difícil d'entendre de què estem parlant realment. Inclús diria que és millor no parlar d'ell mai més. I aixó faré: no es parle més.

Després de la mort


Tenia fama de no decebre mai a ningú que buscara una resposta. Una vegada acabada la conferència sobre “què hi ha després de la mort”, impartida per l'eminent esotèric Maitreya Lusdivina Trapi, el presentador va indicar que si algú volia saber més sobre este tema o tingués algun dubte, que alçara la mà i el conferenciant els aclariria totes i cada una de les seues incerteses. Tota la gent, la sala sencera, va alçar la mà ansiosa de saber més sobre este tema i aclarir tot sobre què hi ha més enllà de la mort.“Tatatá, tatatá, tatatá …. “, una ràfega de metralleta els va matar a tots. Ara ja ho saben.

El Camí de Santiago

He comprat un programa CD per a fer El Camí de Santiago sense moure'm de casa. És al·lucinant. Veig els monuments de les ciutats per les quals passa el camí, el paisatge de cada tram pam a pam i  em puc comunicar per Internet amb altres que fan el mateix que jo. Tot sense  moure'm del lloc. En el manual s'aconsella que es faça cada dia un trajecte i en eixos dies l'usuari no s’ha d'afaitar. Però hi ha més, de regal donen una bossa de pols del camí per a cada dia que t'apuntes al programa. Després de veure-ho un se l'empolvora i fa la sensació d'haver-ho fet de veritat. Què dic? és de veritat!. També hi ha una màquina que es ven com a suplement,  es col·loca en els peus i produeix l'efecte de cansament, segons els quilòmetres que recorreguem. Jo no la gaste per que em produeix llagues. Però si que pren les pastilles que venen, tres al preu d'una, i que et donen la sensació de cansament i esgotament exactament igual que fer caminat el que es veu en la pantalla de l'ordinador. És collonut! Però quan he anar a gitar-me, suat, esgotat i sense afaitar, la meva dona m’havia preparat l’aïllant i el sac de dormir a la terrada, per a que parega que estic a un alberg, i senyalant-me la porta m’ha dit: ala ves i gitat.

Ioga


He pres una decisió: ara quan faig pipí em pose fent la figuereta. El que en castellà es diu “hacer el pino” Ho faig així perquè considere que cal canviar les coses. Vull canviar el món i comence per mi mateix. Els canvis importants són de dins a fora, i no al revés, com volen els polítics, sobretot els que polititzen les idees. El meu plantejament és global i holístic, tota una filosofia de vida. Per a fer popó em pose en la posició de ioga del Lotus, sobre la tassa del vàter, es clar. No cal que visualitzes l’escena no siga que no et pugues dormir aquesta nit. Et diré que és molt bona esta postura per a combatre el restrenyiment. Ara medite tots els dies per la pau en el món. I em sent, encara que no t’ho cregues, com més lleuger. Oooooommm.

No passa res


M’he topetat amb uns amics. Anaven seriosos. I em mantingut aquesta conversa:
- Què passa?, què vos ha passat?
- Res.
- Per favor, digueu-me que vos ha succeït.
- Què res!
- Algú hi ha mort?, és un accident? Heu suspès l'examen? No vos ha tocat la loteria? Alguna catàstrofe? Què passa?
- Res, que no passa res. Què vols que passe?.
- Quelcom ha de passar: tan seriosos, eixes cares tristes, la vostra actitud apàtica, tan decaiguts. Quelcom vos passa i no m'ho voleu dir.
- Això és el que passa, que ací passe el que passe, no passa res.

Nou partit polític


He pensat en formar un partit polític en defensa de la pau i el planeta. He estat recavant informació de les distintes tendències que hi ha a Espanya i crec que podriem aglutinar-les totes. El nom que em consensuat arreplega la pluralitat d'idees i sensibilitats: “Els-Les-Lis Verds progressistes astrològics i ibèrics de la humanitat new age marcusians neomarxistes liberals de l'anarquisme caòtic llibertari cristià de base marginal alternatiu amb xapa sempre posada d'antinuclears verds requeteverds autèntics dels ecopacifistes insubmisos integrals”. El partit es proclama monàrquic assembleari democràtic constitucional, per la qual cosa no hi haurà un únic president, líder o rei del partit, sinó diversos, perquè segons estiguen en una regió, nació, o estat-independent i/o històrica s'assignarà les categories de ducs constitutius, comtes assemblearis, marquesos antisistemes i vocals de la “plebe”. A que ens votarà tothom? 

Se casa el psicòleg

Como esta semana voy a estar ausente y he de colgar los telegramas según van apareciendo en la Radio, he decidido dar hoy ración doble, y cunado el viernes vuelva a la civilización ya colgaremos los que se hayan quedado pendientes, así que ahí va:

Un amic psicòleg s’ha declarat a la novia. Li ha demanat casar-se. Jo, encara que ningú m’ho ha demanat, li faig aquestes reflexions: Amic, deuries abans analitzar els teus impulsos sentimentals. Per què t'agrade?. Potser en eixa noia busques l'afecte d'una mare que et protegisca. O en el matrimoni tal vegada sublimes el teu desig libidinós? Quan li demanes la mà potser simbolitzes les teues ànsies de ficar-li mà? Quan la beses manifestes, possiblement, la teua fixació en la fase oral?.  Al genitalizar l'amor tal vegada t'estigues venjant del teu primer fracàs amorós? Quan la penetres apunyales el teu primer amor? simbòlicament clar!. Pensa-ho home! casar-se amb els temps que corren!

El karma

Germans creients en la reencarnació, defensors de la vida natural i de la ecologia: defenseu la vida de la balenes, però potser els microbis no són tan fills de Déu com ho són les balenes?. Per a Déu no existeix el gran i el xicotet. L'amor és adimensional. L'amor infinit estima a tots per igual. Per a estar sans massacreu als virus i mateu els bacteris. I si demà et reencarnes en un estreptococs?. O ho respectem tot o trenquem la baralla. Germà: El karma et fa lliure, si no et mata abans.

En mis ratos de ocio...


En mis ratos de ocio me dedico a estropear relojes, básicamente para matar el tiempo.

La xica més guapa del local


Em vaig acostar a la xica més guapa del local. Si, m'encantava. Vaig repassar, amb la meua mirada lasciva, el seu harmònic contorn. Els meus ulls van passar per la seua bella cara de pell morena, i pels seus grans pits marcats per aquell top tan ajustat que portava. Em vaig acostar a ella convençut que seria meua, i li vaig murmurar a l'orella, la frase més poètica que em va vindre a la ment:
-Que bonics cànters gastes, mare meua.
Em va donar tal revers amb la dreta, que vaig pegar quatre voltes de campana amb tirabuixó, perdent en aquells ingràvids volantins, el tercer molar esquerre. Em vaig quedar pensatiu, en què hauré fallat? vaig pensar. I ho vaig endevinar. Conscient que la correcció de l'error obtindria una major recompensa que l'encert a primera instància, em vaig acostar de nou a la xica, i li vaig dir:
-Perdó, volia dir…que boniques mamelles. Que igual no has entès la metàfora.
I ella em va dir: ala ves i gitat.
Es coneix que la xica no aprecia la subtilitat de la meua literatura.

Preguntes tontes


Què hi ha preguntes tontes! Entres a casa et pregunten: Ja has arribat? El que provoca dir-li és: No! Estic en camí. Només em vaig avançar per a veure si estava algú a casa quan jo arribara!
O quan t'acaben d'assaltar, arribes a casa i li dius al teu germà: M'acaben de robar! I ell pregunta: qui? No sé, és que estàvem tan nerviosos que no vam tindre temps de presentar-nos.
Més: Se't perden les claus i et veuen desesperat i pregunten: Però on el vas deixar? Saps què? Les vaig deixar en el cotxe, però em fascina caminar com un idiota per tota la casa buscant-les.
I la última: Una volta, després de deixar-me el cabell llarg, em decidí a tallar-t'ho, i a l'eixir de la perruqueria em vaig trobar amb un amic que em preguntà: T’has tallat el cabell? El que provoca dir-li és: No, a mi és que em creix el cap. 

Analítica d'orina

Tinc una analítica. Una cosa que no entenc de les analítiques és eixa obsessió amb que els portes el primer pis del matí. El primer pis del matí! Just quan més atontat estàs. Que t'alces, no et recordes, et poses a pixar i de sobte et recordes: l'anàlisi! I talles el doll i a calçó abaixat et poses a buscar, com un pingüí, el pot dels nassos… i després obri el precinte si pots… que com no tingues les dents fortes, no ho obris. Així s'explica per què els jubilats porten l'orina en pots de Nescafé. I després ompli el pot. Has d'encertar en un recipient superxicotet. Però com encertaràs en un potet, si no encertes en la tassa del vàter? I no acaba ací la cosa. Quan has omplit el potet, què fas amb el pis que et sobra? Com saps que no s'han quedat en eixe pis dades fonamentals? Igual tens parkinson i t'ix que tens només «parkin» Almenys pots aparcar quan vulgues en l'hospital.

Hospital


En els hospitals ens enganyen, ningú és el que diu ser. Jo crec que en els hospitals només hi ha dos o tres metges: la resta és gent disfressada que entra del carrer i es dedica a putejar els pobres malalts per a passar-se'l bé. Per això les infermeres no te troben la vena. Normal, si és que no són infermeres! Les infermeres espanyoles treballen totes a Londres! I vos heu fixat que quan estàs malalt ningú et diu el que tens? Que estan ací xiuxiuejant els metges i les infermeres i no solten paraula. Perquè no ho saben! l'única cosa que et diuen és: «Farem unes proves», que dius: «Proves amb mi?, d'això Res!, si vostè és metge diga'm ara mateix el que em passa!». És com si vas a un restaurant, demanes una mariscada i li dius al cambrer: «No sé si me la menjaré o no, farem unes proves».

Banys públics


Tinc un amic que quan té ganes de fer de ventre se’n va a sa casa, estiga on estiga. I es que és complicat utilitzar un bany públic. Normalment has d’esperar. Finalment et toca el teu torn, sempre arriba un amb el xiquet menut que no es pot aguantar més i aprofita per a botar-se la cua amb tot el morro. Llavors, si el bany és múltiple, verifiques cada cubiculum per davall per a veure no hi ha cames. Tots estan ocupats. Finalment un s'obri i et llances quasi tirant la persona que va eixint. Entres i et dónes compte que la picaporta no funciona (mai funciona); no importa. Només tens l'opció de sostindre amb una mà la porta, mentre que amb l'altra d'una tirada et baixes els pantalons i prens la posició. Ara és quan les teves cames comencen a tremolar per que estàs suspès en l'aire, amb les cames flexionades, els calçotets tallant-te la circulació de les cuixes i el braç estés fent força contra la porta. T'encantaria assentar-te, però no has tingut temps de netejar la tassa ni cobrir-la amb paper, interiorment creus que no passaria res però la veu de ta mare retruny en el teu cap: mai t’assegues en un vàter públic! així que et quedes en la posició amb el tremolament de cames, busques el rotllo de paper higiènic però, el rotllo esta buit! (sempre) Llavors supliques al cel que entre els trastos que portes en les butxaques hi haja un miserable kleenex, però per a buscar en els pantalons has de soltar la porta, dubtes un moment, però no hi ha més remei. I en quant soltes la porta, algú l'espenta i reps un portada que has de frenar amb un moviment ràpid i brusc. Llavors crides ocupat!, dónes per fet que tots els que esperen en l'exterior han sentit el teu missatge i ja pots soltar la porta sense por, ningú intentarà obrir-la de nou, i et disposes a buscar el teu keenex sense aclaparaments. En eixe precís instant s'apaga la llum automàtica del bany, en un cubiculum tan reduït no pot ser tan difícil trobar l'interruptor! Dónes la llum de nou amb la mà del kleenex per que l'altra continua subjectant els pantalons, vas comptant els segons que et queden per a eixir d'allí, suant per que portes la caçadora de pell ja que no hi ha penjador, i és que, hi ha que veure la calor que fa en eixos llocs tan xicotets i en eixa posició de força en què segueixes, amb els bessons a punt d'esclatar. Tindràs sort si no surts arrossegant un tros de paper higiènic apegat a la teua sabata. I es que hi a coses que es millor fer-les a casa, per dignitat.

Pintando a la música


Pintando a la música es una experiencia plástica de Lorenzo Ramírez a partir de la interpretación musical de José Enrique Bouché, un proyecto de la Delegación del Consell en Castellón, que dentro de la serie de exposiciones itinerantes Nómadas tengo la suerte de comisariar.
Expuesta en la Casa dels Caragols de Castellón y la biblioteca de Nules, en estos momentos está en la Casa de Cultura de Onda, desde donde viajará a la Vilavella, La Balma o Peníscola en los próximos meses.

Un día le propusieron a Lorenzo Ramírez un ejercicio de sinestesia a ritmo de la música de José Enrique Bouché. Le propusieron un soundpainting; una forma de pintar el sonido con gestos personales; la expresión de un estímulo de naturaleza perceptual; unir dos modalidades de arte de una forma adecuada y en un espacio apropiado generando un gran poder sinérgico; traducir artes intraducibles; que la música pudiera verse en planos pictóricos que subrayasen la luz y la profundidad; que la pintura pudiera ser escuchada como una totalidad de trazos; que la forma en que estuvieran colocados los colores sobre la tela recreara un ritmo musical; que la armonía de colores fuera acorde sonoro; que la cercanía entre un amarillo y un verde fuera como la que hay entre un do y un re; crear tensiones y disonancias en la lucha de las pinceladas por controlar el espacio; que la luz y la intensidad de los tonos se tradujeran en colores tranquilos creando consonancias y que, finalmente se resolviera todo en una sola, como un acorde de dominante acaba en tónica. Le propusieron a Lorenzo Ramírez pintar una sinfonía. Y Lorenzo Ramírez tejió en cada una de sus pinceladas la rapsodia inabarcable del arte pictórico y musical en una misma danza coral.
No podemos ver la música al igual que no es posible escuchar la pintura. Tampoco la dimensión que ocupan es la misma: al menos en parte, pues mientras en la música el factor tiempo es imprescindible para interpretar y escuchar una composición, en la pintura, como un arte eminentemente espacial, el tiempo no es tan importante, lo es el espacio. El compositor, utiliza los sonidos como el pintor los colores, y los relaciona entre sí para formar una totalidad controlada, con la que juega con el tiempo. El espectador es dueño del tiempo pictórico y esclavo del acontecimiento auditivo. Existe, evidentemente, un abismo técnico entre ambas disciplinas.
No hemos tratado de ahondar en los efectos emocionales, fisiológicos y psicológicos del color y en cómo relacionarlos con los mismos efectos de la música y viceversa. Lo que hemos buscado es experimentar otro fenómeno que, si bien pertenece también al mundo sumamente interesante pero impreciso de las sinestesias, consiste simplemente y complicadísimamente también en el acto de pintar a la música, no pintar música (sin la a) es decir, pintar bajo la influencia de la música que estamos escuchando, pintar a la manera musical. Actividad ésta muy común pero pocas veces resuelta afortunadamente, en la que se pretende expresar un estímulo de cierta naturaleza perceptual a través de un medio propio de otra modalidad.
Me imagino como Lorenzo Ramírez cierra los ojos y siente la premonición de los sonidos cromáticos, cómo la armonía acústica se convierte en colores y tonalidades, generando una dialéctica entre pinceles e instrumentos, representación pictórica de las melodías, búsqueda de la materialización de una visión a través del oído.
Miren los cuadros resultantes y pregúntense: si son obras inspiradas en la música, porqué son tan claras, porqué son de lectura, no sé si fácil, pero sin duda ordenada. Pues es precisamente porque son música, y la música es lógica, y la pintura es armonía y contrapunto. La virtud en el arte está en la razón, sólo que ésta va engalanada por el genio, pero siguiendo siempre un paso necesario, contenido por las leyes superiores. Ni el pintor ni el compositor se mueven en un espacio físicamente tridimensional. Su espacio es bidimensional. Lorenzo Ramírez controla un espacio plano y limitado, la tela. El compositor o el músico controla el tiempo, también limitado, que se mueve, no en profundidad, sino de forma lineal. Podríamos decir que la música se mueve como el texto, de izquierda a derecha. Pues lo cuadros de Lorenzo se leen igual, de izquierda a derecha y de arriba a abajo. Lorenzo conquista así también el tiempo, pues el espectador va deteniéndose en la lectura en los puntos que son más complejos, mientras acelera la mirada en las partes planas.
Cuando nos acercamos a los colores de Lorenzo Ramírez  podemos imaginarnos su pincel al compás del acorde: verde claro, verde oscuro, rosas, azules y turquesas, variaciones de un mismo tema musical presentado sucesivamente en mi bemol mayor, en do menor, en sol mayor, en re mayor. Música y pintura. Pintura y música. Pintura que se lee. Mejor aún, pintura que se interpreta, como una partitura. Como la partitura que representa.
Lorenzo Ramírez, inspirado por lo que le sugieren los sonidos de José Enrique Bouché, pinta cuados vivos que respiran y sienten, sufren y gozan. Pintar con maestría y que en ésta, el artista dibuje un caballo o un caballero, no es difícil de lograr; pero, pintar un sentimiento es algo tan difícil que, al lograrse, merece un verdadero reconocimiento. Observando estos cuadros mientras escuchamos la música, sintiendo sus delicados movimientos, nos sabemos seres humanos, y sentimos que en algún momento de nuestras vidas, somos parte de una misma humanidad.
Pintar para Lorenzo es un impulso, una necesidad, como cuando la mayoría de personas respira o come. La pintura de Lorenzo Ramírez no trata necesariamente de comunicar una idea a través de su trabajo. La mayoría de veces intenta sacar de su mente una imagen o sentimiento porque si no lo hiciera, probablemente sus pensamientos le perseguirían. Ahora pónganle, como si fuera un acelerante en un incendio, a José Enrique Bouché interpretando a su lado, y la explosión de pintura es inevitable. 

¡Toma ya cómo hemos crecido!