Gafas de leer

Anoche, como siempre, antes de dormirme, me dispuse a leer un libro. Encendí la lámpara de la mesita de noche y me acomodé en mi cama para leer, pero a pesar de tener puestas las gafas, no veía bien las letras. Tendré que cambiar de graduación, pero, ¿por qué de un día para otro? Ayer leía sin problemas con las benditas gafas compradas en los chinos y ahora no. Debe ser el ordenador. Será fatiga visual. Tengo que trabajar menos. Joder, igual necesito una operación. No, mejor no pensar en eso.
Hoy descubrí el cristal derecho de las gafas en la mochila de ir a trabajar.

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