Visual emotions


Visual emotions
Galería O+O
11/12/2015-16/01/2016

Pilar Palomares. Con mi mano izquierda.
Luís González. Memorias de agua.

Las exposiciones colectivas, compartidas en este caso, deben conformar un discurso único, complementario. Ese es el caso de Visual emotions, la muestra que la Galería O+O ofrece desde el 11 de diciembre y hasta el 16 de enero. Las obras de Pilar Palomares -Con mi mano izquierda- y Luís González -Memorias de agua- componen dos espacios cercanos donde las fronteras, las separaciones, se confunden. 

 

El primer nexo de unión lo establece la técnica digital. Y no es sólo un medio, porque con el uso de la tecnología ambos artistas afrontan sueños y pesadillas, llegan a crear representaciones de mundos utópicos.

El segundo punto de confluencia que articula la producción de estos dos artistas es la abstracción, al menos en su mayor parte. Las obras presentan diseños, formas y colores que no se ven como objetos físicos específicos. Como tal, como imágenes abstractas, son mucho más difíciles de entender que las pinturas figurativas. 

 

La mayoría de nosotros, cuando nos fijamos en una obra abstracta, a menudo no tenemos ni idea de qué es lo que en realidad estamos viendo. Estas obras no reflejan ningún tipo de realidad convencional. Es lógico preguntarse entonces por qué alguien se molestaría en crear este tipo de pinturas. ¿Qué es lo que el artista tiene en mente?

Permítanme un inciso: hasta el siglo pasado, los artistas tuvieron que contentarse con rozar la superficie de la conciencia, su capacidad para penetrar en el corazón de lo que significa ser humano estaba limitada por sus herramientas. Cuando el cerebro procesa una imagen reconocible, una barrera mental se erige e impide la entrada en los procesos del inconsciente. Por lo tanto, el arte figurativo, por su propia naturaleza, impone límites a la capacidad del artista de insinuarse a sí mismo en los procesos inconscientes del observador. Sin embargo, con la llegada de la abstracción, los artistas tenían, por primera vez, una poderosa herramienta que les permita eludir la percepción literal y alcanzar la emoción inconsciente. Y esto es posible porque, cuanto más abstracta es una obra de arte, menos prejuicios evoca en la mente del espectador.

 

En las manos de Pilar Palomares y Luís González, el arte abstracto puede ser una herramienta muy potente. Pero este tipo de herramientas requieren de algo más que de la habilidad del artista, necesitan la cooperación del observador. Se me ocurren una serie de razones, así a bote pronto, por las que los seres humanos crean arte: para decorar, para contar una historia, para capturar o preservar una imagen, para ilustrar una idea... sin embargo, hay otra razón, más sutil, pero mucho más importante por la que el arte es importante para nosotros, y es la necesidad de llegar a nuestro interior, de explorar nuestros sentimientos inconscientes. Ahí es donde entra en juego el arte de Pilar y Luís. Ellos nos ofrecen una manera de estar en contacto con la parte inconsciente de nuestra existencia, evocando sentimientos y emociones.

 

Las obras de Pilar Palomares y Luís González tienen el potencial de mantener las distracciones conscientes al mínimo. Cuando nos fijamos en una obra figurativa nuestra energía mental se concentra sobre todo en el procesamiento de las imágenes. Sin embargo, cuando nos fijamos en en estas pinturas, no estás distraído por imágenes significativas, por lo que prácticamente la totalidad de nuestra capacidad cerebral se dedica a la sensación. Podemos abrirnos y permitir que estas creaciones bailen con nuestra psique.

En la exposición uno debe estar dispuesto a dejarse llevar, uno debe ponerse en las manos del artista, por así decirlo, y caminar hasta donde él y ella quieran.

No es fácil, claro. Ni para ellos, los artistas, ni para nosotros, los observadores. Es necesario franquear el espacio de la denominación misma para acceder a esa dimensión que existe innominada y que es más que una imagen. No hay que explicarlas, no deben considerarse algo externo, sino sentir su presencia, completarla, saturarla. De alguna manera debemos borrar la lógica y experimentar una suerte de escape extra lógico. 

 

Si se examina el discurso de las obras de Pilar y Luís se advierte que está nutrido de metáforas, de estructuras rígidas que se rompen, se pliegan o se volatilizan; las fronteras de los territorios íntimos son invadidas, borradas; los objetos desaparecen; las formas se desdoblan, se curvan o se distorsionan; las imágenes se alteran, se desdibujan en fujos. Son piezas que tienen que ver con los silencios, con las no respuestas, con las defaillances. Lo que Alessandra Bocchetti denomina descarte, que no es jamás lo que se practica según la razón, es lo que la razón no sabe y no quiere saber.

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