Quiero una amante

Si estás casado tener una amante tiene que molar. Yo soy un firme defensor del matrimonio, no hay mejor manera de organizarse la vida, tener hijos y pagar una hipoteca. Pero con la amante la vida sería divertida, sin problemas y llena de sexo. Por eso defiendo la institucionalización de la figura del /la amante, una vida paralela donde no sería necesario que se desvelaran miserias ni problemas. Y digo institucionalización porque creo que la situación ideal es que cuando un matrimonio lleva ya unos años y se considera consolidado, tendría que ser obligatorio que ambos cónyuges se buscaran un amante y liberaran así tensiones. De hecho creo que los amantes deberían ser personas casadas a su vez, para no perjudicar el mercado de solteros y matar así dos pájaros de un tiro. No os podéis imaginar lo que aprende uno de filosofía escuchando a Pimpinela.  

2 comentarios:

Rafa Jinquer dijo...

Si en mi mano estuviera, te hacía ministro hoy mismo, para que pudieras redactar todas las leyes pertinentes y que se pudieran aprobar vía express.
Y un premio Nobel también.
De medicina por los avances psicológicos.
O de la Paz, por la disminución de guerras.

Un pre-mío, o un pre-tuyo, para antes de.

BENI-ART dijo...

Por una vez tengo que reconocer que tienes toda la razón . Pero no te acostumbres.

Publicar un comentario