El error de Dios


En Correos debe haber una sección para las cartas que no pueden ser entregadas ni devueltas. Son aquellas cuyos destinatarios se han esfumado y que no llevan remitente. Supongo que deben ser conservadas durante un tiempo por ordenamiento legal, por si alguien las reclama. Me imagino las cartas de amantes que se piden perdón por algo, que quieren volver a estar juntos, y que proponen una fecha y un lugar para reencontrase. Me imagino la desilusión del remitente a ver que su amante no llega a la cita, asumiendo que no puede perdonar la falta cometida. Me imagino las historias de amor truncadas por un fallo del destino. Creo que todas esas cartas deberían conservarse eternamente, pues son las pruebas de un error de Dios.

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