Los artistas ya no se suicidan

Decidido a acabar con mi vida, me he arrojado al paso del tren. Un joven se tumba junto a mí, sin pedir permiso, mientras esperamos que el tren me desmenuce. Al poco, una pareja se acomoda a nuestro lado. Cuatro personas tendidas son suficientes para alertar al conductor, que comienza a frenar la marcha de la locomotora. Ahora el mundo del arte me loa como el representante de un radical movimiento de intervención urbana con participación espontánea del público. No es fácil suicidarse para un artista del happening. Todo el mundo quiere ser artista. Puto Arco, puto Basel...

1 comentarios:

Rafa Jinquer dijo...

Lo del tren es muy socorrido. Hay que suicidarse poco a poco, día a día, hasta que un día, en el 99% delos casos, te mueres antes de llegar a 100 años.
Si falla el sistema te jodes, y aguantas un poco más.

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