Realidad y ficción

Ernesto Bordonau, conductor de autobús, siempre tuvo problemas para distinguir la realidad. De hecho, comprendió la diferencia entre los dibujos animados y la realidad con gran claridad aproximadamente cuatro segundos después de atravesar un círculo negro gigante pintado en una pared. Los pasajeros, a decir verdad, no vivieron lo suficiente para alegrarse por él.

0 comentarios:

Publicar un comentario