Publicado en Castelló al mes, julio de 2012.
Llega un día y se desata una
crisis mundial provocada por un virus desconocido que convierte en caníbales
salvajes a los seres humanos. ¿Zombies? No tío, no son zombies, yo soy más
original, estos son bestias sedientas de sangre, hambrientas de carne humana.
El caso es que casi toda la población ha sido infectada por el terrible virus,
pero existe un pequeño grupo de sobrevivientes conformado por un militar
retirado trastornado por sus duras experiencias en Afganistán, una
despampanante doctora en física cuántica con los pechos operados, un policía
gordo afroamericano al que le falta una semana para jubilarse, y un pequeño
niño, genio de la informática, con su perro viejo y ciego. Este pequeño pero
valiente grupo viaja por toda la nación huyendo de los monstruos caníbales y
llegan hasta un centro comercial. ¿Que ya has visto El amanecer de los muertos? Espera hombre, que no he terminado,
digo que llegan a un centro comercial pero no pueden entrar porque un zombie
que estaba en la puerta fumando, sin querer,
provoca una explosión que destruye el edificio antes de que nuestros
héroes puedan acercarse. Bueno vale, son zombies, sólo quería ser un poco
original. Y sí, pueden fumar ¿vale? Si vas a seguir poniendo pegas a mi
historia no sigas leyendo y en paz. El caso es que al militar se le ocurre la
idea de viajar hasta Springfield donde el gobierno tiene escondida una máquina
del tiempo que capturaron a los extraterrestres en los años sesenta. Él lo
sabía porque estuvo liado con una de la CIA, pero aquello no salió bien. A lo
que iba que me pierdo, la idea es que viajan a los tiempos de Jesús para
escapar lo más posible de las bestias sanguinarias. Sin embargo, el perro ha
sido mordido y nadie se ha dado cuenta a excepción del niño, que no dice nada
porque es lo único que tiene en la vida. Así, todos suben a la máquina del
tiempo y llegan a Jerusalén en el año 30 antes de Cristo. Sí, antes. Primero
llegan al año 30 antes de Cristo, se dan cuenta de su error y vuelven al año 30
después de Cristo. Pero el gordo poli afroamericano se había bajado para orinar
detrás de una mata y va y se lo dejan. Cuando la máquina llega al 30 después de
Cristo encuentran a su hijo porque el poli ya había muerto de lepra. Antes de
morir le dijo a su hijo que esperara a sus amigos en el sitio donde él se había
quedado, 30 años después, así que cuando llegan se encuentran al mulato de
Jerusalén (era famoso), acompañado del mismo Jesús que estaba interesado en las
apariciones y esas cosas. Antes de que el Mesías pudiera saludarlos, el perro se
le echa encima y le muerde la mano. Jesús se convierte en zombie y se esconde
en el sepulcro de Lázaro. A los cinco minutos salen los dos y atacan a todos. Eso
explica muchas cosas. Los protagonistas se esconden con los apóstoles, que
estaban preparando la cena, pero aparece Jesús con los ojos inyectados de
sangre y espuma en la boca y muerde a los apóstoles. Éstos, a su vez, se comen
al perro y al niño, mientras que el militar y la doctora logran escapar. Desde el
monte Carmelo ven como arde Jerusalén, toman la máquina del tiempo y se marchan
a la época de los dinosaurios para salvarse de la infección. El militar no se
da cuenta de que la chica tiene una mordedura en la mano...
1 comentarios:
Pero el mordisco en la mano no lo hizo ningún zombi, fue Poncio Pilatos, que tenía las manos muy limpias, costumbre suya, que pasaría a la posteridad para elevar su nombre entre todos aquellos que sabiendo algo, no quieren saber nada:
11S,
11M,
7J, y lo que vendrá.
En total me suma 29 saturdays de julio, y una EME.
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