Plagios

La gente que anda por ahí copiando y pegando las publicaciones de otros realmente me dan lástima. La gente que anda por ahí copiando y pegando las publicaciones de otros realmente me dan lástima. La gente que anda por ahí copiando y pegando las publicaciones de otros realmente me dan lástima. La gente que anda por ahí copiando y pegando las publicaciones de otros realmente me dan lástima. La gente que anda por ahí copiando y pegando las publicaciones de otros realmente me dan lástima. La gente que anda por ahí copiando y pegando las publicaciones de otros realmente me dan lástima...

Villancicos

Los niños que han venido a cantar villancicos llevan una hora aporreando la puerta.
Pero no los dejaré salir.

Karma

Y dijo el karma: amarás a quien no te ame por no haber amado a quien te amó.

Como de Costumbre

Lanzó con el pie el edredón al suelo y dejó que el frescor mañanero le sacudiera la modorra. Aún no había salido el sol. En el despertador sonaba la emisora de todas las mañanas. Su mujer comenzó a desperezarse, así que él se puso en pie y rápidamente y, mientras bostezaba, atravesó la pared. No se acostumbraba a estar muerto.

Microcuento seleccionado y publicado en "La parca de Venus y otros cuentos"
CERTAMEN DE MICROCUENTOS FANTASTICS12
Editorial:CREAMOS TALENTOS LITERARIOS
ISBN:9788494001260

Cuento de Santa Claus

El niño se había quedado despierto toda la noche esperando a Santa Claus. Por fin, el hombre de rojo cayó por la chimenea. ¡Santa! exclamó el pequeño. "Lo siento chico", suspiró Santa, sacando un revólver de su bolsillo, "pero ahora que me has visto, voy a tener que matarte."

La venganza de Esteban

Publicado en Castelló al mes, diciembre de 2013.
Esteban Hernández murió a los 82 años de edad, sólo doce semanas después de casarse con Consuelo Blanco, de 24 primaveras, dejando a su nueva esposa, actual viuda, más de un millón de euros en herencia, producto del trabajo de toda su vida como zapatero. He de aclarar que comenzó como zapatero, siguió vendiendo zapatos y acabó teniendo una cadena de tiendas, fruto, como decía, del trabajo de toda su vida, y de un pellizco obtenido en la lotería de navidad, lo que demuestra una vez que nadie se hace rico trabajando. Pero eso es otra historia.
Esteban Hernández y Consuelo Blanco se habían conocido sólo dos semanas antes de la boda, cuando ella, que entonces era medianamente famosa en el mundo del espectáculo (sector striptease, especialidad barra americana)  por su nombre artístico, Sue Blanche, tropezó mientras transitaba voluptuosa por la pasarela de moda de un desfile benéfico, a favor de las mujeres perjudicadas por negligencias médicas en operaciones de aumento de pecho. Vestida sólo con la ropa interior de la diseñadora Carla Rouge, perteneciente a su nueva colección burlesque, el rompimiento del tacón de aguja de uno de sus zapatos marca Hernández (razón por la cual el anciano Esteban tenía un asiento preferente) la lanzó de cabeza a la entrepierna del zapatero.
Puede que Esteban Hernández viera en lo curioso del encuentro, y la postura, una promesa de goce futuro, o que Sue Blanche lo tuviera todo previsto, pero el caso es que al cabo de dos semanas, y con el original nombre de Consuelo Blanco recuperado, ambos contraían matrimonio en el salón de plenos municipal.
Los conocidos de Consuelo intuyeron que ésta había obviado la diferencia de edad por el interés de la cuenta corriente de Esteban. Los conocidos de Esteban también lo sospecharon, pero callaron pues era el hombre un señor taciturno, de genio irascible, maleducado, rencoroso y vengativo en extremo, un ogro inaguantable, vamos, razones por la que pensaron que si Consuelo lo soportaba, bien tenía ganada su pensión.
Poco tuvo que aguantar Consuelo puesto que, como ya he anunciado al principio de este relato, Esteban murió una docena de semanas después.
En el camino hacia el cementerio, y detenida la comitiva en un cruce antes de acceder al camposanto, el coche fúnebre fue violentamente embestido por detrás por una camioneta azul. No diré nada del causante del accidente pues fue ya investigado por la Guardia Civil, y multado por su imprudencia, sin que su intervención en esta historia tenga más importancia. Lo que sí es relevante es que el féretro que albergaba a Esteban Hernández no había sido asegurado correctamente y salió volando hacia adelante a consecuencia de la violencia del choque, golpeando a la hermosa Consuela en la parte posterior de la cabeza, y matándola irresoluble e instantáneamente.
La investigación policial posterior reveló que no era la vejez la que había matado al señor Hernández, sino una acumulación de arsénico en sangre que alcanzaba niveles fatales, producida por un envenenamiento paulatino durante doce semanas. Indagaciones posteriores descubrieron una colección de botellas de arsénico en el basurero de la residencia de los Hernández, con las huellas dactilares de la viuda fallecida.
El comisario Gómez llegó a la conclusión obvia de que Esteban Hernández, haciendo honor a su fama de hombre extremadamente rencoroso, no había perdonado a Consuelo Blanco y se había vengado de su mujer volviendo de ultratumba y matando a su propia asesina. Y es que de cada cual hay que esperar justo lo que todos esperan.

Aforismo del gordo de navidad

La tristeza puede llorarse, pero la impaciencia de la alegría no es fácil de conjurar.

Suicidio

El suicidio más acostumbrado en nuestro tiempo, es pegarse un balazo en el alma.

Jimmy McNulty

Jimmy McNulty tiene una frase fabulosa: Pueden masticarte, pero tendrán que escupirte.

Navidad

Yo prefiero el sexo a la navidad. Al fin y al cabo, navidades hay todos los años.

En el avión


Cuando en el avión se escucha: Buenos días, soy el comandante Martínez, volaremos a nueve mil pies... y todo eso, siempre pienso que por educación deberíamos levantarnos todos los pasajeros por turnos y, por una cuestión de buena educación, contestarle: Buenos días, les habla el pasajero Feliu, y estoy listo para volar desde hace cuatro horas, y me están entrando ganas de darle nueve mil patadas a alguien.

Inicio de un debate abierto sobre el arte contemporáneo.

Admiramos a los artistas que crean más por la necesidad de sentir y contemplar algo, y menos por una necesidad de crear algo. Al fin y al cabo, ¿por qué crear? No por el deseo de que la gente piense que eres listo, ni siquiera que eres buen artista. Crear por deseo de acabar con la soledad, crear como divertimento vital. Las obras de arte disminuyen la soledad de la gente sólo si la hacen pensar.
Se dice que en las inauguraciones de exposiciones siempre te encuentras a las mismas personas, y en gran medida es cierto. Es algo que debería cambiar si fuéramos conscientes de la utilidad del arte para la madurez general de la persona. Si la meta antropológica es la presencia de sociedades de individuos equilibrados, la experiencia artística debiera contribuir a lograrlo, estimulando a pensar, a ejercitar aspectos de la corporalidad, a generar y disfrutar con emociones individuales y sociales a la vez. Desde el punto de análisis de la actividad neuronal, la creatividad es un factor de reforzamiento de la salud. Actividad neuronal es salud neuronal. Cuidemos nuestra salud.
Entre tanta producción artística, lejos de catalogar y poner límites basados en la capacidad técnica, el virtuosismo o cualquier otra regla seudo-objetiva, nos interesa especialmente aquello con lo que te acercas a la creatividad y el ingenio. Creemos que lo blanco o lo terriblemente negro del principio de la creación artística, lo vacío e indeterminado, lo inicial, el punto de partida, lo meramente potencial, el silencio y la distancia deben incitar la creatividad. Creemos que el horizonte inabarcable no provoca vértigos, sino que fustiga al artista.
Queremos arte para enseñar que el infinito es hermano del azar, y que los dos miden nuestra ignorancia acerca del funcionamiento del mundo. Queremos obras de arte que reduzcan nuestro analfabetismo cósmico y humano, diluyan nuestro tedio, nos mantengan en conversación con otros seres humanos.
Creemos en la disrupción de lo artístico y lo visual. Incorporar al arte algo más, algo que entre por los ojos, y que complete sin desequilibrar el mensaje de la obra. Queremos obras de arte en las que el demonio haya tocado a las puertas de La Torre de Cristal.
Queremos espectadores atentos a lo desconocido que llama a su puerta. Queremos obras de arte que nos hagan soñar. Es tan simple como soñar sabiendo que los sueños no son una ciencia exacta.
Defendemos el arte como ingenio inteligente que nos enseñe a vivir jugando, a conseguir la libertad. Inteligente, hemos dicho bien, pues el arte debe ser el cauce de la rebelión de la inteligencia que quiere dejar de ser seria para huir de la servidumbre de la lógica, del sentido común. La inteligencia al hacerse ingeniosa se vuelve lista. Decía Sartre que cuando se es serio el objeto domina al sujeto. El serio no tiene conciencia de su libertad; el hombre que juega es libre. El jugador establece las reglas del juego, se libera de las leyes, esfuma la pesadumbre del tiempo.
Huimos de los movimientos artísticos que supusieron un cambio pero no un movimiento sísmico. Huimos antes que nos succionen, que nos lastren con su gravedad. No queremos ser espectadores, queremos jugar, no ver como otros juegan.
Anhelamos artistas modernos, investidos de dignidad profética, predicadores de la muerte del maestro, creadores de vacíos, liberadores de vocación, transfiguradores de lo minúsculo, conseguidores de grandes efectos con elementos pobres que muestran así claramente su poder creador, desdeñosos de la realidad, los sentimientos y las técnicas porque son opresores en potencia.
Pero no se trata únicamente de sorprender. Cuando la única norma es provocar sorpresa tanto vale lo trepidante como lo aburrido, en la inacabable búsqueda de lo gratuito, de los antiartístico, lo irritante y lo provocativo. Se trata de dar participación al espectador en el juego, por eso no queremos ser meros espectadores. El arte se convierte en juego de la mano del ingenio, lo cual es muy frívolo. Ahora bien, con ello se pretende fortalecer la libertad y eso es muy serio.
Evidentemente, la defensa de este tipo de arte desemboca irremediablemente en la ambigüedad, casi como una categoría estética, porque todo es equívoco, y en que se considere artista todo aquel que el público admita como tal, dado que el fin último de arte no es crear belleza sino libertad.
Quizá en algún momento lleguemos a una utopía de ingenios con artistas libres en un ambiente tolerante, en el que los espectadores, liberados por la desligación de la influencia de todo, se dispongan a probarlo todo. Un momento en que se haya abolido lo trágico y el hombre se haya liberado de casi todos los valores, de las ideologías políticas, de las creencias religiosas y los sistemas filosóficos (que se han vuelto demasiado pesados y nos abruman con sus pretensiones de verdad). Un momento en el que ya no haya que hacerse ilusiones sino vivirlas.
Y entonces caeremos en la cuenta de que si antes no éramos libres, al actuar espontáneamente tampoco lo somos porque la espontaneidad no es más que el determinismo de la naturaleza, y sabremos que de todos modos estamos condenados a ser esclavizadamente libres.
Mientras tanto, divirtámonos.

Religiones

En el fondo me encanta que haya religiones, sin ellas el pecado no sería viable.

Para ladrones

Cuando te vayas de viaje deja en tu casa una máscara a vista, un cuchillo cebollero, un rollo de cuerda y otro de cinta americana. Igual te roban, pero seguro que el ladrón se lo piensa y al menos no se queda tranquilo.

La mujer del amigo

Estaba casado con una de las amigas más deseada del grupo de colegas de juventud. Un día uno de mis amigos me confesó que hace años había intentado conquistarla, que la llamó a su casa y le cantó canciones de amor durante media hora, y que a pesar de no haber conseguido ligar con ella, aquello había sido una de las cosas más bonitas que había hecho en su vida, razón por la cual nunca podría olvidarlo.
Yo me callé que hace años mi cuñado me contó que mi amigo había llamado a su casa y estuvo cantándole canciones de amor durante media hora. Él tampoco lo olvidaría nunca.

La decisión del presidente

-Ellos me odian.
-Sí, presidente, la mayoría del pueblo.
-Escribiré una canción.
-No presidente, pensarán que eres susceptible a los caprichos de la moda.
-Les construiré una iglesia.
-No presidente, van a pensar que te estás muriendo y esto puede dar fuerza a aquellos que desean que te vayas.
-Muy bien, voy a bajar los impuestos.
-No presidente, entonces no tendrás suficiente dinero para sobornar a sus enemigos.
-Por supuesto, sabio consejo, entonces quizá debería recorrer el país contando chistes y anécdotas humorísticas.
-Eso presidente, sería contraproducente, ya que, aunque podrían disfrutar de la distracción de tus problemas mundanos, también vislumbrarían la tristeza del payaso y esto haría que sintieran lástima por ti.
-Entonces vamos a dispararles a todos.
-Sí, presidente, eso sería útil.

Pirámides

Si aceptamos, y la mayoría de los científicos están de acuerdo en que la evidencia es concluyente, que las pirámides egipcias son las secciones superiores de los centinelas de piedra gigantes que hibernan dentro de la tierra, como se documenta con fotografías recientes de la NASA, se plantea la pregunta: ¿Están muertos o es que duermen profundo? Porque con el ruido que hemos hecho estos últimos 3000 años.

Amor, honor, dinero y gilipollez

Me dijeron que en esta vida hay que hacer las cosas por amor, por honor o por dinero. Pues bien, yo he concluido que la mayoría de las cosas las acabo haciendo por gilipollas.

Revolución

Los revolucionarios atacaban al monstruo. A machetazos cortaban sus cabezas, pero por cada cabeza cortada, nacían dos. Era un partido político.

Opinión

¡Verdaderamente es tremendo tener una opinión, y que la opinión sea errónea!

Drama

Un drama es no saber distinguir entre el fin del mundo y una resaca de orujo.

Estafa

Si alguien llama a tu puerta diciendo que están comprobando la presencia de garrapatas, debido al clima cálido excepcional de este mes, y te pide quitarte la ropa y bailar alrededor con tus brazos para arriba. NO LO HAGAS, es una estafa. Sólo quieren verte en pelotas.
Ojalá hubiera sabido esto ayer...

Yoguing

Últimamente me ha dado por hacer Yoguing. Jogging no, que es muy cansado, Yoguing, que es hacer lo del oso Yogui, comer y dormir a partes iguales. También podría llamarlo engording o colesteroling (por ejempling)

Otros mundos

Estaré ahí en diez minutos decía su mensaje. "Ok" he escrito en el teclado de mi teléfono. Dijo que quería darme algo. Era la noche de Navidad. La tarde para ser precisos. ¿Un regalo? Puede ser. Lo conocía desde hacía unos meses. Mis amigos del cole no sabían realmente quién era. El hombre misterioso lo llamaban. Sí, eso es lo que era. Me levanté de la cama y me dirigí a la parte delantera de la casa, al comedor. Tenía ventanas grandes. Podría echar un vistazo afuera desde allí. Pasé por la sala de estar en el camino: Mis papás estaban sentados en el sofá muy cerca de las ventanas, hablando, riendo. ¿A dónde vas? ¿Qué estás haciendo? ¡Adultos! Dije en voz alta en mi cabeza. ¿Por qué tantas preguntas? Yo sonreí y seguí caminando.
Miré por las ventanas de la habitación a oscuras, a la izquierda y luego la derecha. Estará aquí pronto. Seguí explorando la calle, pero aún nada. Luego, los he visto, sus ojos. De repente la luz ha inundado la habitación. Mi mamá me llama desde la puerta de la cocina "¿qué estás haciendo? "Sólo mirar fuera". Miré al otro lado de la calle, pero él no estaba. Sin embargo, pude ver las huellas de sus botas mojadas en la acera, dirigiéndose hacia la puerta trasera. Sonó el timbre. Salí disparado. Abrí la puerta lentamente. No había nadie allí. Pero había un paquete. Era una pequeña caja cuadrada envuelta en papel verde oscuro brillante con cinta plateada. "Mi regalo de Navidad", me dije con una sonrisa. Me agaché y lo recogí. "¿Quién es?", preguntó mi madre desde el otro lado de la cocina. "Nadie, ya se ha ido" le dije mientras cerraba la puerta. "Veo que te dejó un regalo, ¿por qué no lo abres?", dijo con una sonrisa. "Sí", me dije a mí mismo ", como si eso fuera a suceder. En cambio, sonreí tiernamente y dije mientras salía de la cocina "gracias mamá, pero lo abriré en mi habitación." Corrí a mi habitación, cerré la puerta detrás de mí y me senté en mi cama. Sostuve el regalo en mis manos examinándolo de cerca. Lo abrí, y para mi decepción, sólo contenía una tarjeta. Era un mapa. Pero había algo más. En la parte trasera había una nota escrita por mi amigo. "Feliz Navidad!", decía. "El regalo que te prometí te espera en el punto indicado en el mapa. No se lo digas a nadie. Debes estar allí exactamente a la medianoche." No estaba firmada. Nunca me dijo su verdadero nombre, me explicó que no importaba, porque yo no sería capaz de pronunciarlo todos modos.
En ese momento la puerta se abrió de golpe. Eran mis padres. Estaba tan concentrado en el regalo que no los escuché a caminar por el pasillo. Mi madre dijo: "¿Qué tienes?" "Es privado", le dije. "Está bien", dijo mi padre. Cuando se marcharon caí de espaldas sobre la cama, cerré los ojos, y me dormí. Me desperté de repente. 11:50. Diez minutos me dije. Todavía tengo tiempo. Puedo hacerlo. Salté y me dirigí a la ventana. Agarré mi mochila, eché el último libro de la serie de vampiros, una botella de agua, y mi iPod. Rápidamente miré alrededor de la habitación, vi a mi gato instalarse en el punto caliente que había dejado en mi cama. Ojalá pudiera llevarlo, pensé, pero sabía que no podía. Una última verificación. añadí una foto de mi familia.
Ocho minutos más tarde estaba a menos de cien metros del lugar de reunión, que resultó ser un pequeño claro en la espesura del bosque que se extendía más allá de nuestra casa. Me imaginé que era cerca de casa, pero la densidad de los bosques hacía parecer como si estuviéramos a mucha distancia. No podía oír nada, excepto mi propia respiración. El camino es difícil de seguir a menos que sepa buscar. Solía ​​pasar horas en el bosque. Fue allí donde lo conocí, hace apenas seis meses. Él siempre parecía aparecer de la nada. "Un minuto", pensé. Será mejor que me mueva rápido. Treinta segundos. Llegué al borde del claro. Cinco, cuatro, tres, dos, uno. Entré en el claro. "Hola", le dije. "Avanza hacia el centro, Elegido" Me ordenó.
Tres días después, la policía encontró mi mochila en el bosque, junto a unos círculos de tierra quemada. Me había ido para iniciar una vida en otros mundos. Para mis padres, sin embargo, la vida se detuvo para siempre.

USB

Así que te has comprado un USB. Una tera de capacidad me dices. Sí, sí, tu USB es la polla. Pues que sepas que un espermatozoide contiene 37.5 MB de información de ADN. En una eyaculación normal se transfieren 1587 GB en 3segundos. Tu pene si que es un buen USB.