En casa mis padres, los muebles de las habitaciones cambian
de sala constantemente, de manera aleatoria. Cuando quieres entrar en la de mi
hermana puedes encontrarte con la de mis padres, y cuando mi madre va a
planchar, al abrir la puerta se encuentra con la lavadora. Entrar en la
habitación que quieres se ha convertido en cosa del azar, por eso en casa de
mis padres todo lo que hay es de todos y nada es de nadie. Se han ido
acostumbrando, ya que de vivo no aguantaban mis travesuras, ahora que estoy
muerto que se fastidien.
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