Lima es una ciudad enorme, de nueve millones de habitantes que ocupan todo estrecho espacio que el Pacífico y los Andes dejan. Poder pasear por el parque de los enamorados y el puente de los suspiros hasta la alameda (el de la canción) es un lujo aquí. Eso me hace pensar que los
seres humanos nos hemos especializado en vivir reunidos, para lo cual
construimos ciudades dentro de los bosques. Luego, para engañarnos, o quizá por
una añoranza ancestral, construimos pequeños bosques dentro de las ciudades.
Creo que esta paradoja se repite también en el interior de cada persona. A lo mejor por eso triunfan los programas reality tipo Gran Hermano, porque ya no interesa la vida salvaje en
libertad, sino la vida civilizada en cautiverio.
2 comentarios:
Vaya verdad más grande.
Oh, muy buena esa amiguito.
Abrazos.
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