Cuando en el
pueblo hubo una plaga de ratas, conseguimos espantarlas cogiendo una
especialmente gorda que, al ser soplada por el culo, profería grotescos
chillidos. Por este motivo, a la rata se le dio el nombre de Chillida, y cuando
murió se le hizo una estatua. Desde entonces, en el pueblo tenemos una
escultura de Chillida en honor a tal acontecimiento. Se me ocurre que podría
continuar la historia, pero debido a un malestar general en el codo, he de
ausentarme. Sepan ustedes perdonarme. O mejor, sepan ustedes a chorizo ibérico,
que es señal de que están saludables y bien comidos.
4 comentarios:
Pues esta entrada es surrealismo del bueno. ¡Qué digo bueno! ¡Superior! Y ahora, como penitencia, te vas a leer estos dos de mi cosecha, que si te gusta lo que tú mismo has escrito, te encantarán.
http://cumbresblogrrascosas.blogspot.com.es/2009/06/blog-post_09.html
http://cumbresblogrrascosas.blogspot.com.es/2009/07/tempus-fugit.html
Sí mamá, ya he hecho los deberes.
@Javier Valls Borja
Sí mamá, ya he hecho los deberes.
Bon xiquet!
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