Sobre Chimo Serrano y su exposición Ironic Art.
El 25 de agosto de 2011 a las 20'30 en el edificio Moruno de el Grao, Chimo Serrano inaugura una retrospectiva de su obra bajo el título Ironic Art.

Hace años que conozco a un hombre de apariencia singular, que teniendo una brillante carrera profesional se aventuró a hacer fotografías como una necesidad física, casi terapéutica, tomó una cámara y se fue por el mundo a ampliar sus horizontes creativos, graduándose en sensibilidad. La fotografía lo atrapó como a un náufrago sin barco a la vista pero con la dicha de no estar solo, sino acompañado de miles y miles de hombres y mujeres que reconocían en su trabajo un canto al amor, levantando alegrías y esperanzas, sembradíos de felicidad e imágenes para alegrar la vista y el alma.
Nunca más pudo o no quiso, ser rescatado, hincó raíces y le salieron ramas, y su producción artística abarcó cada vez más campos, más intereses, y quiso hacer un paraíso donde el arte y la cultura fuesen los protagonistas de la historia y logró llegar hasta donde los ojos, el talento y los recursos necesarios estuvieron presentes. Nada podría parar la entrega, el sacrificio y la voluntad de llegar hasta tocar el sueño del fotógrafo.
En una labor ininterrumpida Chimo Serrano ha partido, mochila al hombro, hacia destinos desconocidos, algunos quizás visitados antes, pero imposible de ser identificados en las imágenes que guardaba la memoria, cual Quijote de los tiempos actuales a batallar contra los molinos de viento de la desesperanza y la tristeza. Son sus fotografías lanzas y escudos floridos para emprender una lucha sin descanso en la que mostrar poemas visuales de cariño, fotografías como palabras de aliento y mil sonrisas que a través del símbolo de una curva aparecen en los lugares más insospechados, búsquelas. Viéndolas no importa dónde, ni cuándo, a veces ni siquiera quiénes son los protagonistas del suceso, sentimos que no todo está perdido, que siempre habrá mañanas esperando a nuestra puerta, que en esa foto podríamos estar tu y yo si quisiéramos. Contra esa verdad no hay huracanes, ni terremotos, ni tsunamis que puedan, ni crisis, porque el arte y la cultura funcionan como un antídoto contra la desesperanza. Qué falta nos hacen en estos tiempos en que la economía arrastra todo tipo de valores.
Con las fotografías de Chimo Serrano nunca perderemos las esperanzas, nada quedará en el olvido, allanaremos caminos y senderos, y veremos cielos engalanados, colores divertidos, curvas sonrientes en cada paisaje. Así saldremos de ésta. Creo que, a veces, los sueños y los deseos no quedan sólo atrapados en la fotografía sino en la personalidad de su autor.
Algunas de estas imágenes conservan una luminosidad tenue, un ritmo marcado por el contraste insistente de la pausa. Es lo que el poeta Giorgos Seferis vivió en Asiné, el lugar de cuyo rey se habla una sola vez en la Ilíada, y donde Seferis concluyó que aquel páramo, después de la civilización, como aquel otro que había visto en Seleucia, no era para él sino una "invigorating emptiness", el vigor que da el vacío, y la posibilidad que éste abre para el que busca una verdad nueva.
En el caso de Chimo, esa verdad es la poesía de la fotografía. Una poesía fotográfica que se entiende como un arte irónico y utópico, o para utilizar el título de un poema de Yves Bonnefoy, es la tarea de la esperanza, de las utopías. Las utopías están sobre todo como el polvo sobre las cosas, sellando imperceptiblemente su apariencia. Porque son luces y colores, lo decía Italo Calvino, que la utopía que yo busco hoy no es más sólida que gaseosa: es una utopía pulverizada, corpuscular, en suspensión. Las utopías actuales quizá sean eso: pura energía corpuscular en suspensión, imágenes atisbadas por un instante.
Desde el comienzo Chimo se esfuerza por crear una fotografía poética que no descuente la vida, por ejemplificar la manera de volver a centrar nuestra conciencia en los gestos mínimos de la vida humana. Sin un valor instantáneo del ahora, como una especie de carpe diem, aquí se trata de momentos. Chimo lo convierte todo en momentos, es decir, considera la acción como un momento, mira una acción entera como algo que sencillamente ha sucedido para siempre.
Utopía descamisada, felicidad irrefutable, ironic art.

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