Si, viajando en un transporte público, notas la presencia
táctil de alguien a quien no se le requirió tales devaneos, no creas que te has
vuelto sexi, probablemente es que el número de pasajeros excede lo razonable.
Aforismo de la crisis
Cuando las cosas desaparecen es para dar paso a otras, por
ello no debes apegarte a nada, no debes obsesionarte, solo así te libraras del
sufrimiento aunque sea por un momento.
La guerra del amor
En la guerra del amor puedes perder muchas cosas, entre
ellas, la razón, el tiempo, el dinero y sobre todo, la virginidad (de tus
sentimientos también).
Inquietud aritmética
Mañana se supone que es el cumpleaños de Jesús-Dios. El misterio de la Santísima Trinidad siempre me ha suscitado cierta inquietud aritmética: Si Dios es uno. ¿Cuánto son Dios más
Dios?. ¿Quiuatro?.
Cielo e infierno
El Paraíso lo prefiero por el clima, que no me gusta el calor agobiante del verano. ahora bien, el Infierno lo prefiero por la compañía.
Amigos y enemigos
Estos días estoy comprobando que los amigos van y vienen, pero los enemigos se acumulan.
La veo en sueños
El oftalmólogo confirmó que, en efecto, su rostro es un
holograma en mis pupilas y quiere llevar mi caso a un congreso.
La diferencia. Microrrelato publicado en Relatos para Malala, de la editorial ACEN e Isonomía

Él era un hombre
masculino y en su jeta lucía una marca de cuchillada y una tirita en la ceja
(único sitio donde un hombre masculino puede llevar una tirita). Tenía el
cuerpo tatuado y daba la impresión de haberlo hecho él mismo, con una mano
temblorosa, una vieja navaja mellada, una botella de tinta china y los ánimos
de todos los viejos colegas a lo largo de un fin de semana de desmadre salvaje.
Pero lo que lo
retrataba como miembro de esa raza de valientes y orgullosos seres masculinos,
es que, sin ninguna excepción, despreciaba y arrinconaba al cobarde, salvaje,
ruin, rastrero y mal nacido engendro injusto de la naturaleza que era capaz de maltratar
a una mujer por creer que le pertenece. Y es que él era un hombre masculino porque por
encima de todo creía en la mujer femenina, y también en el hombre femenino y en
la mujer masculina; creía en el hombre y la mujer sin más; creía en la humanidad.
Porque para ser un hombre masculino hay que saber que en la diferencia
individual se cimenta la armonía de la igualdad.
El poema
Ayer estaba melancólico y pensé en escribir un poema de amor. Empezaba diciendo:
"Me fui corriendo a refugiar en su seno"
Luego pensé que corriendo y seno eran dos palabras que en una misma frase evocaban otros placeres, y se me pasó la melancolía.
"Me fui corriendo a refugiar en su seno"
Luego pensé que corriendo y seno eran dos palabras que en una misma frase evocaban otros placeres, y se me pasó la melancolía.
Una oportunidad
Todo lo que pido es una oportunidad
para demostrar que el dinero no puede hacerme feliz.
El Dios invisible
La religión ha convencido a la
gente de que hay un hombre invisible viviendo en el cielo, que ve todo lo que
haces cada minuto de cada día. Y el hombre invisible tiene una lista de
diez cosas específicas que él no quiere que hagas, los mandamientos se
llaman. Y si haces cualquiera de estas cosas, él te enviará a un lugar
especial, donde vivirás para siempre entre el fuego, la tortura y la angustia
para que sufras hasta el final de los tiempos. Pero él te quiere. Sí,
sí, créetelo, te quiere, él te ama.
Y necesita dinero.
Al que madruga...
El pájaro que se espabila y llega
antes puede conseguir el gusano en la manzana, de lo que se deduce que al que
madruga Dios le ayuda. Aunque también es cierto que es el segundo ratón que
llega a la ratonera el que consigue el queso, mientras que el madrugador...
¡chaf!
Segundas oportunidades
Si eres de los que al principio no tienen éxito, de
los que tienen que esforzarse en perseverar, de los que caen a la primera pero luego se levantan para volverlo a intentar... el paracaidismo no es para
ti.
Sexo con la cuñadita
Yo era feliz. Mi novia y yo
habíamos estado saliendo desde hacía más de un año, por lo que decidimos
casarnos. Mis padres nos ayudaron en todos los sentidos, mis amigos me animaron,
diciéndome que ya estaba bien, que ya era hora, y mi novia era un sueño. Sólo
había una cosa que me molestaba: su hermana menor.
Mi futura cuñada tenía
veinte años de edad, vestía ajustadas mini faldas y blusas escotadas. Tenía
la costumbre de inclinarse siempre cuando estaba cerca de mí y ofrecerme una
agradable vista de sus encantos entre su ropa interior. Yo suponía que su
comportamiento era deliberado, pero nunca le había dicho nada a mi novia.
Además, nunca lo hacía cuando estaba cerca de otra persona.
Un día la
hermana pequeña me llamó y me pidió que fuera a revisar las invitaciones de
boda. Estaba sola cuando llegué. Me susurró que pronto me iba a
casar, y me confesó que tenía sentimientos y deseos hacia mí que no podía
superar y realmente no quería superar. Me propuso hacerme el amor sólo una vez
antes de casarme y entregar mi vida a su hermana. Yo estaba en shock total
y no podía decir ni una palabra. Ella dijo: voy a subir a mi habitación, si
quieres seguir adelante con esto ven a buscarme, te espero desnuda en mi cama. Me
quedé de piedra. Estaba como congelado mientras la
veía subir las escaleras. Cuando llegó al descansillo de arriba se bajó
las bragas y las tiró por las escaleras hacia mí. Me quedé allí por un
momento, luego me volví y me dirigí directamente a la puerta principal. Abrí
la puerta y salí de la casa. Me dirigí directamente hacia mi coche. Mi
futuro suegro estaba de pie afuera. Con lágrimas en los ojos me abrazó y
dijo: estamos muy contentos de que hayas pasado nuestra pequeña prueba. No
podría pedir un hombre mejor para nuestra hija. Bienvenido a la familia.
La
moraleja de esta historia es: guarda siempre los condones en el coche.
La sombra del árbol
El árbol no niega su sombra ni al leñador.
Lo que demuestra la nula inteligencia del mundo vegetal.
Lo que demuestra la nula inteligencia del mundo vegetal.
Envidia
La envidia es una declaración de inferioridad.
(A mi me suena que algo así dijo Napoleón, pero no me hagáis mucho caso)
(A mi me suena que algo así dijo Napoleón, pero no me hagáis mucho caso)
La anatomía (pruebas empíricas)
La anatomía
La anatomía es una cosa que los hombres también tienen, pero
que en las mujeres queda mejor.
Por ejemplo, yo como mona lisa, puede que quede mono, pero por mi anatomía sería más bien un mono redondito en lugar de liso.
Aforismo del día de la constitución
Una persona vale más que cualquier bandera.
(A ver si adivináis quién es el del dibujo... sí, soy yo, je, je, je)
(A ver si adivináis quién es el del dibujo... sí, soy yo, je, je, je)
Aforismo del águila y la comadreja
El águila puede volar, pero las
comadrejas no son absorbidas por los motores a reacción.
Y que cada cual saque sus conclusiones.
El hombre del lápiz
Publicado en Castelló al mes, diciembre 2012.
Hoy se cumplen cinco años de nuestra relación. Al principio no
podía soportarlo, ahora ya estoy acostumbrado. No sé su nombre. Es un tipo
de apariencia normal, lleva un traje gris que hace juego con su escaso pelo en
las sienes, y tiene una cara bastante común. Lo conocí, como he dicho,
hace cinco años, una mañana que hacía mucho calor. Yo estaba sentado en un
banco en la plaza, leyendo el periódico. De repente sentí que algo me
tocaba la cabeza. Era el mismo hombre que ahora, mientras escribo, me
sigue golpeando, mecánicamente y sin inmutarse, con un lápiz.
En esa ocasión me di vuelta lleno de indignación, pero él siguió
golpeándome. Le pregunté si estaba loco, pero ni siquiera pareció
oírme. Entonces lo amenacé con llamar a la policía. Permaneció
imperturbable, fiel a su tarea. Después de unos momentos de indecisión, y
viendo que no iba a cambiar su actitud, me puse de pie y le di un puñetazo en
la nariz. El hombre cayó al suelo y dejó escapar un gemido casi
inaudible. De inmediato se levantó y sin decir una palabra comenzó a
golpearme en la cabeza con el lápiz. Su nariz estaba sangrando y, en ese
momento, sentí pena por él, remordimiento por haberle golpeado con tanta
fuerza. Después de todo, el hombre no me daba de forma contundente, se
limitaba a golpearme ligeramente con su lápiz, sin causarme demasiado
daño. Por supuesto que era molesto, como cuando una mosca se te posa en la
frente, que no sientes ningún dolor en absoluto, pero sí molestia. Pues
bien, ese lápiz era como una mosca gigante que aterrizaba en mi cabeza una y
otra vez a intervalos regulares.
Convencido de que estaba tratando con un loco, traté de
escapar. Pero el hombre me siguió sin decir palabra, mientras me
golpeaba. Así que empecé a correr. El pobre hombre no podía seguirme,
estaba jadeando y resoplando, por lo que pensé que si yo seguía obligándolo a
correr, mi torturador caería muerto allí mismo. Ralenticé el paso. Lo
miré. No había ni rastro de gratitud ni de reproche en su rostro por
haberlo esperado. Se limitó a golpearme en la cabeza con el lápiz.
Pensé que era mejor volver a casa. Él, sin dejar de pegarme con
el lápiz. Todo el mundo se volvía estúpidamente a mirarnos. Se me
ocurrió decirles: ¿Qué estáis mirando, idiotas? ¿Nunca habéis visto a un hombre
golpear a otro en la cabeza con un lápiz? Pero se me ocurrió que
probablemente nunca lo habrían visto.
Cuando llegué a mi casa, traté de cerrarle la puerta en las
narices. Pero él puso el pie en el portal y logró pasar. Desde entonces,
no ha dejado de golpearme en la cabeza con su lápiz. Hasta donde yo sé,
nunca come ni duerme. Su única actividad consiste en pegarme.
Le he pedido, en muchas ocasiones y en todos los tonos posibles, que me
explique su comportamiento, pero ha sido en vano, él ha continuado sin hablar golpeándome
en la cabeza con su lápiz. Muchas veces le he golpeado yo, pero él acepta
dócilmente mis ataques como si fueran parte de su trabajo. A pesar de su
falta de necesidades fisiológicas, sé que cuando lo golpeo él siente
dolor. Sé que es mortal. Pero no sé si después de muerto seguiría
golpeándome la cabeza con su maldito lápiz.
Por otro lado, recientemente he llegado a la conclusión de que no
podía vivir sin esos golpes. Ahora, cada vez con mayor frecuencia, padezco
una ansiedad derivada de la idea de que este hombre, tal vez cuando más lo
necesite, partirá y ya no volveré a sentir su lápiz en mi cabeza.
Sexo pasado no mueve molinos
Tanto insistía en ver fotos de cuando era pequeña que su
novia tuvo que terminar enseñándoselas.
Al verlas no pudo reprimir las
lágrimas.
Realmente era una ricura.
Un muchachito verdaderamente encantador.
Amor y odio
Hay un sentimiento más fuerte que el amor: el odio. Ché Guevara decía que mayor que el amor a la libertad es el odio a quien te la quita, y creo que tenía razón. Nos mueve el odio, pero cabe esperar que ese odio sea hacia la injusticia, la desvergüenza y la ruindad. A por ellos, que son pocos y cobardes.
Mentir
Para mentir hace falta que uno mienta y que otro escuche.
Lo dijo el gran filósofo de nuestra era Hommer Simpson.
Lo dijo el gran filósofo de nuestra era Hommer Simpson.
Adán y Eva
La expulsión de Adán y Eva del Paraíso fue un fallo
desmedido, yo creo que para lo que hicieron, con una tarjeta amarilla hubiera
bastado.
Remilgos
-Disculpe... ¿Me podría limpiar? - me dijo un señor calvo y
con gafas, señalando el papel higiénico.
Miré al señor de las gafas, que estaba sentado en el inodoro del bar.
Miré al señor de las gafas, que estaba sentado en el inodoro del bar.
El
también me miraba, con gesto de súplica.
Miré el papel higiénico.
Volví a mirar
al señor de gafas, y volví a mirar el papel higiénico.
-Usted no pretenderá que yo...
-¡Es que a mí me da un asquito!
-Usted no pretenderá que yo...
-¡Es que a mí me da un asquito!
El político
Al político le daba pena ver a los niños pedir limosna en
los semáforos.
Por eso los domingos, en misa, le pedía a Dios que un ser bondadoso se los
llevara al algún sitio donde no los viera.
Riesgos
El riesgo de vivir es morir, el riesgo de amar es odiar, el
riesgo de ganar es perder... y así podríamos seguir en una lista interminable de antónimos.
Un país sin cerveza
No se puede ser un país de verdad si por lo menos no
se fabrica una cerveza propia y se tiene
una aerolínea. Mejor si se tiene algún tipo de equipo de fútbol o unas
cuantas armas nucleares, pero por lo menos se necesita una cerveza propia.
Esposada en la cama
Ella me estaba esperando desnuda. Tendiéndome las esposas me pidió que la inmovilizara en la cama y que luego hiciera lo que me apeteciera...
La esposé, y me fui a ver el fútbol.
La esposé, y me fui a ver el fútbol.
El rey
- ¿Qué es un rey? - Preguntó el niño.
- Alguien con poder, dinero, ejército y territorio-
respondió el padre.
- Ah, un capo del narcotráfico - entendió el niño.
El Belén del Papa (a petición de Jorge Badenes)
Este año, como
siempre, montamos el Belén. Antes mezclábamos dinosaurios, coches de los cliks,
y naves de la guerra de las galaxias, con las figuritas tradicionales (esas
cabezonas de plástico), pero este año hemos querido ser más racionales,
verosímiles diría yo, siguiendo los consejos del Papa. Parece ser que la época del nacimiento de Cristo
coincidió con un momento de crisis económica en la Judea ocupada por los
romanos, así que, como tenemos experiencia en nuestro devenir cotidiano, hemos
optado por tomar las medidas necesarias. Por ejemplo, ¿nadie se ha dado cuenta
de que en todos los belenes hay más pastores que ovejas? Económicamente sería
insostenible. En casa hemos despedido a todos menos a uno. Los hemos sustituido
por vallas electrificadas. También nos hemos dado cuenta de que el comercio
local no funciona, hay muchos autónomos y nadie comprando. Vamos a dejar sólo
al carpintero, que como San José está de baja paternal, puede tener salida,
pero al resto los vamos a cambiar por un bazar chino, que de paso se hará cargo
también de la posada. Las lavanderas, aunque necesarias, las hemos quitado
también por una cuestión de educación no sexista. El ángel anunciador tampoco
nos hace falta porque el chino ha puesto un luminoso de esos que pasan texto
como en los autobuses, y con eso ya se entera todo el mundo. A Herodes lo hemos
dejado porque tenía firmada una indemnización millonaria en caso de despido,
con los directivos ya se sabe, pero hemos ahorrando externalizando la contrata
de soldados. El resto de personajes sin oficio ni beneficio, todos a la calle,
a excepción del caganer, por respeto a la diversidad cultural. Para llevar las
ofrendas, con uno que pase cada tres días y recoja lo de todos ya es
suficiente. De hecho, podría ser el caganer, cuando no esté ocupado en lo suyo.
Lo de los tres Reyes ya clama al cielo, para un poquito de incienso, oro y
mirra, se basta Baltasar, y así cumplimos con lo de mas minorías étnicas y
además no le hacemos contrato ni nada. La mula y el buey, a la calle, si
quieren calor que enciendan una hoguera. El niño Jesús ha de quedarse por su
potencial, pero como becario. Y ahora viene la decisión más dolorosa: no
podemos permitirnos dos bajas maternales y la ley de paridad nos aconseja
quedarnos con la Virgen María así que le hemos propuesto a San José una
jubilación anticipada.
Juegos de ordenador
Mi ordenador me venció jugando al ajedrez, pero luego lo
machaqué en kickboxing.
Chiste
El otro día leí en el facebook:
"La conoció en el ascensor. Era la mujer de su-bida".
"La conoció en el ascensor. Era la mujer de su-bida".
¡Lo acerado que puede ser un chiste!
Acerado, no de viga-
propósito constructivo- sino de daga.
Teoría sobre el amor
El imán humilla al hierro.
Es una teoría sobre el amor.
Cada
cual que la entienda a su manera.
Cumpleaños
Hoy es mi cumpleaños. Con los años me he dado cuenta que en la medida en que mis
músculos se retraen mi moral se vuelve más flexible.
Mis relaciones con las mujeres
Lo peor que te puede pasar en tus relaciones con las mujeres
es que tu olfato te atrinchere profundamente en la misantropía. Y cada cual que lo entienda como quiera...
María Griñó (de la serie amigos artistas)
El dibujo, de casta le viene al galgo, es pieza fundamental en la obra de María Griñó, una de las artistas que ha sabido encontrar, quizá sin remedio, su estilo personal: un espacio de colores planos y un trazo de líneas gruesas bien definidas que constituyen una constante exploración de la exuberancia femenina como formula para apreciar la belleza en las figuras humanas.
María Griñó parece como si viese lo a veces catastrófica y trágica que resulta la realidad, y eso le impulsara a inflarla para encontrar en mayores proporciones sus pequeñas cuotas de belleza.
Muchas veces, por ser una pintura que camina cercana al naif y al mundo de la ilustración, no es considerada en su verdadera importancia, y no cabe duda de que su insistencia en seguir tratando de resolver incansablemente pero con una eterna sonrisa en los labios, las limitaciones del arte tradicional, las del dibujo y las de la pintura, debería tener una consideración bien ponderada.
En efecto, en María Griñó se aprecia un vivo interés por el oficio. Su pintura sirve para que las artes sigan siendo una alternativa contemporánea en Castellón, porque su aportación es la de la innovación.
Si queremos hacer un elogio de las artes, como creo sinceramente que aparece en la obra de María Griñó, el discurso debe mostrar su pertinencia, y lo logra, sí y solo sí logramos decir algo distinto a aquello que, por instinto de autoconservación, estamos conminados a ver una y otra vez.
El resultado es un trabajo de dibujo casi de orfebrería que respira lucidez y pasión. Y aún así son obras que no quieren molestar a nadie ni pretenden, con su contemplación, inquietar, ni deformar la realidad. Al contrario, los cuadros de María Griñó interpretan la realidad en una forma optimista, alegre, pacífica y con frescura. Da la impresión de que la autora los creara de forma despreocupada y espontánea, siguiendo los impulsos de su corazón. Su originalidad y su poética naturalidad alegran por el candor de su inspiración y la inconsciente fantasía de sus sueños.
Sencilla y a la vez glamorosa, bella y sensual, honesta y conceptualmente innovadora, la pintura de María Griñó hace de unos pocos elementos plásticos su mejor herramienta.
Esperemos que por mucho tiempo las mujeres de su pintura nos sorprendan y conmocionen con su elegante presencia. Y nos asombren con su silenciosa quietud. Y nos cautiven con su belleza.
Bailando
Una mujer llegó a casa para
encontrar a su marido en la cocina agitando frenéticamente, casi en un frenesí
de baile, con algún tipo de cable que iba desde la cintura hacia la tostadora. Con
la intención de separarlo de la corriente mortal, ella lo golpeó con un tablón
de madera, rompiéndole el brazo. Hasta ese momento, el hombre había sido
feliz escuchando su walkman.
La importancia de las cosas
Encontré desnudos, en el baño, a mi chica y a mi mejor
amigo.
- Váyanse de aquí ya mismo - les dije enfadado.
- ¡Ay, Joan! ¡Perdóname, por favor, no sé qué me pasó, fue...!
- ¡Fuera, cojones!
- Joan... yo sé que tú a María la quieres mucho, pero esto que pasa entre nosotros es...
- ¡¡¡Que os vayáis, por favor, en serioooo!!!
- Tenemos que hablar - insistió ella.
- ¡Hablemos después! - grité, y los empujé fuera del baño.
- Váyanse de aquí ya mismo - les dije enfadado.
- ¡Ay, Joan! ¡Perdóname, por favor, no sé qué me pasó, fue...!
- ¡Fuera, cojones!
- Joan... yo sé que tú a María la quieres mucho, pero esto que pasa entre nosotros es...
- ¡¡¡Que os vayáis, por favor, en serioooo!!!
- Tenemos que hablar - insistió ella.
- ¡Hablemos después! - grité, y los empujé fuera del baño.
Para asegurarme unos minutos de paz, cerré la puerta con
llave.
- No sé cómo pudimos... pobre Joan...
- No puedo creer lo que hicimos, María... somos unas basuras, unos...
- ¿Os podéis callar? ¡Necesito concentrarme!
- No sé cómo pudimos... pobre Joan...
- No puedo creer lo que hicimos, María... somos unas basuras, unos...
- ¿Os podéis callar? ¡Necesito concentrarme!
Cuando te estás cagando te das cuenta de la verdadera
importancia de las cosas.
Las primeras líneas
Después de haber releído al menos veinte veces el
inicio de su novela, decidió dejar su retoque para más adelante. Enrocarse en
aquellas palabras, retrasaba el desarrollo, volatilizaba sus ideas y colocaba a
Gabriel en una situación desesperada e inadecuada para el arte, impropia para
seguir creando. Más tarde decidiría si aquel “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel
Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo
llevó a conocer el hielo” merecía la pena, pues, por el momento, no le
llenaba.
Un Dios para todos
Cansados de tanto odio e intolerancia, los líderes
religiosos inventaron un dios que nos uniese a todos.
Y a quien no estuvo de
acuerdo lo ejecutaron sumariamente.
Masturbación
Mi amigo catequista se masturba todas las noches, luego
siente tanta culpa que le da un ataque de ansiedad, entonces se masturba para
calmarse, lo que le lleva a sentir culpa... Hoy lo he encontrado ojeroso.
To beer or not to beer
To beer or not to beer, o lo que es lo mismo: ser veza o no
ser veza. He ahí la cuestión de lo ortográficamente incorrecto. By William
Shakebeers
Efecto mariposa (2)
La golondrina se come la mariposa. El halcón se come a la
golondrina. El halcón cae al suelo y un cerdo se lo come. Un día lo matan
y nos comemos el cerdo. ¿Significa que nos hemos comido la mariposa?
Personal Trainer
Cada vez que me
cuentan lo bien que va hacer deporte, pues a mi me da por sonreír, qué quieren.
Todo el mundo habla bien de ello, por aquello de que es tan saludable y eso. Yo
lo de ser saludable lo llevo mal, y lo de ser saludador peor. Y es que voy por
la calle sin fijarme y quedo como un maleducado.
Adelantándome a los propósitos de año nuevo, me regalé unas sesiones intensivas de entrenamiento personal en un buen gimnasio.
¡Ostras tú! ¡si tenían hasta personal
trainner! ¡Que me sentía como de Beverly Hills! Me hubiera gustado que
fuera una chica cañón que me enseñara a moverme como si fuera Sakhira, la personal trainer digo, pero me tocó tío
como un armario de dos puertas estilo más Chuck Norris. Da igual, entre hombres
no iba a hacer falta que estuviera todo el tiempo metiendo tripa aparentando lo
que no soy.
Para iniciar bien nuestra relación le pedí que me acompañara de
compras por el centro y me aconsejara qué ropa deportiva tenía que llevar, pero
me indicó que lo de personal se circunscribía al ámbito del gimnasio. Yo creo
que temía lesionarse al saltar por el carril del Tram.
Ya en su salsa,
el primer día quiso analizar mi estado de forma tomándome el pulso después de
cinco minutos en la cinta de andar. Se alarmó un poco porque parecía un redoble
de tambor, pero yo lo atribuí a los nervios del momento, que uno es muy suyo y
no estoy acostumbrado a hacer el ridículo enseñando las piernas y sudado (o sí,
pero no delante de tanta gente).
Luego me puso a levantar una barra de metal.
Chupado hasta que mi amigo personal
trainner se empeñó en ponerle pesas en los extremos. Hice lo que pude, que
debió ser más de lo recomendable porque al rato me dolían partes del
cuerpo que no sabía que tenía.
Me centré en lo de la cinta, que parecía más
fácil. Es un aparato inventando para facilitarte el tránsito en los aeropuertos
y que en el gimnasio se ha pervertido haciendo que gire al revés. No aguanté
mucho porque me puse nervioso y no coordinaba los pies, y es que mi personal trainner me vigilaba
constantemente, sonriendo, y cuando lo hacía, era igual que Jack Nicholson en El resplandor.
Tras esta revelación, el
resto de día me dediqué a esconderme de él en la ducha del gimnasio. Pero
resultó que se sentía responsable de mí. Y me llamaba al móvil constantemente.
Nicholson quería que trabajara mi tríceps branquial. Es evidente que no tengo
branquias, pero además creo que yo nunca he tenido tríceps. Comencé a asustarme,
porque llegué a creer seriamente que podía perder el juicio definitivamente. Antes
de que terminara la sesión me escapé del gimnasio y huí a casa.
Desde entonces Jack
Nicholson me deja mensajes en el buzón de voz preguntándome por qué no voy a
entrenar. Me hacen temblar y lloro al oírlos.
En estos momentos estoy encerrado
en la despensa de mi casa hasta que caduque mi suscripción.
He decidido que el
año que viene me voy a regalar algo que sólo me produzca placer, que por mi
edad ya me va tocando un análisis de próstata.
Justicia poética
Rahnajet Khay, terrorista iraquí, no pagó suficiente
franqueo en una carta bomba. La recibió con un "devolver al
remitente" estampado en ella, olvidó que era una bomba, la abrió y voló en
pedazos.
Improvisar
No
siempre las reglas te llevan a la solución, muchas veces reprimen la creación.
Es hora de la buena improvisación.
Es hora de la buena improvisación.
Efecto mariposa
Un hombre lloró su primera lágrima en el funeral de su madre. La gota, concentrada tras toda una vida retenida, perforó la tierra y provocó una explosión nuclear en Nueva Zelanda.
Respetabilidad
La obsesión por la respetabilidad es un síntoma de
hipocresía, una mascara incapaz de ocultar lo que realmente somos… seres
humanos con virtudes y defectos.
Armas
El examen más riguroso debería de ser el de la
obtención del permiso de armas. Yo soy partidario de que para obtener el
permiso de armas, las autoridades dispusieran un test psicológico tan estricto,
que aquellos que lo pasaran fueran lo suficientemente inteligentes para darse
cuenta de que las armas no les hacían ni puñetera falta.
Sarcasmo
Puestos
a elegir uno de los muchos sarcasmos con que el destino se mofa de nosotros, me
quedo con el caso de José Asunción Silva. A este insigne poeta colombiano sólo
le quedaban, de su en otro tiempo boyante patrimonio, diez pesos en la cartera
antes de pegarse un tiro en el corazón (un médico le pintó en el pecho el lugar
exacto de esta víscera para que no fallara) allá por el año 1896. Ahora son
miles los billetes que llevan su efigie impresa por todos los rincones de
Colombia.
Suicidio
Sobre la mesita de noche, una simple nota: “Siempre dije que suicidarse
era de cobardes. Nunca dije que yo no lo fuera”.
Suicida
Si la vida es un cuento narrado por un idiota, el suicida es
el único que se atreve a taparle la boca sin su permiso.
Mariposas
Siempre he tenido fascinación por los biólogos. No sé, quizá
ese interés por la naturaleza que necesariamente deben tener para haber elegido
estudiar esa carrera me atrae. Cuando lo vi acercarse, con esa ropa de
camuflaje, supe que se había fijado en mi. Cerré los ojos. Pensé que por fin
iba a besarme. El dolor me atravesó por sorpresa. Ahora me tiene clavada en un
corcho, en su laboratorio de entomólogo. Y ni siquiera me mira.
Las suegras de los amantes de Teruel
Unos días después de la muerte de sus impulsivos hijos,
las respectivas madres de los amantes de Teruel se encontraron en la plaza
del Torico, al fin y al cabo Teruel entonces no era más que un pueblo. El destino
les había vetado ser las consuegras más enemistadas de la historia de Aragón, pero quedaron para tomar un chocolate y desde entonces, del desamor, surgió una
bonita amistad.
El saber y el morir
En el antiguo Oriente existía la creencia de que, segundos
antes de morir, a la mente de los hombres acudían las percepciones,
conocimientos o las ideas más brillantes a las que un ser humano podía aspirar.
Guiándonos por esta aseveración, el más torpe de los hombres podía
concebir la teoría de la relatividad, saber dónde está el Santo Grial o entender
el amor. Sólo por eso, valdría la pena morir, o al menos no sería tan indeseado.
Ejercicio
Yo hago ejercicio cuando voy a la playa.
Encojo el estómago cada vez que veo un bikini.
Y siempre llego a casa con agujetas.
Encojo el estómago cada vez que veo un bikini.
Y siempre llego a casa con agujetas.
Prestigio
Prestigio es una palabra que se rifa en cualquier mercadillo
y suele confundirse con notoriedad. Pero lo simplemente conocido, por más que
origine acólitos, no garantiza la excelencia.
Mi cabeza echa humo, versión de Jinquer
Como sabía que a Jinquer le había gustado el tema le regalé el telegrama para que lo usara para lo que quisiera. En un comentario a esa entrada lo ha continuado, y no me resisto a dejároslo leer a todos (en cursiva mi texto, seguidamente el de Jinquer)
Tanto pensar, tanto pensar. Mi cabeza echaba humo. Pero literalmente, finas columnas de humo salían de entre mi pelo y ascendían hasta el techo de la habitación. Al principio me preocupé, pero luego oí en la radio que le estaba pasando a varias personas. Parece ser que la desocupación producida por la crisis había hecho que muchos se pusieran a pensar, y claro, con la falta de costumbre, las cabezas estaban que echaban humo.
Los primeros meses era algo curioso ver a alguien echando humo por la calle y pensar: mira, uno que va pensando. Y claro, inmediatamente ponerte tú también a echar humo al pensar que el otro pensaba.Los problemas aparecieron cuando en algunos lugares concurridos como las oficinas del paro, bares y parques, la atmósfera comenzó a ser irrespirable. Además, dependiendo de qué pensaras, el humo olía de una forma u otra, con lo que algunos comenzaron a quejarse del olor de los pensamientos de otros. Tu forma de pensar no me huele bien, decían.Hubo quien dijo que por el humo se podía reconocer si quien pensaba tenía una nacionalidad u otra, incluso si pensaba en un idioma determinado, con lo que comenzaron a aparecer guetos de pensadores minoritarios.Al final el gobierno tomó cartas en el asunto. Se prohibió pensar en bares, restaurantes, hospitales y centros de trabajo que fueran espacios cerrados. Igualmente se prohibió pensar en colegios y universidades, así como en su entorno y en el de parques infantiles, para preservarlos de pensamientos.Hoy, si quieres pensar, tienes que salirte a la calle. Algunos bares han instalado mesitas en la calle para pensar.
Fue uno de los efectos del 21/12/2012. Los mayas habían aventurado un cambio, pero nadie pudo imaginar que las ideas, los pensamientos, se harían visibles. Visibles y molestos, las malas ideas pululaban por doquier, eran malas porque apestaban. El juicio individual ante las personas comenzó una vorágine de introspección que resultó ser el mejor remedio para todos los males de la humanidad.
Los malvados no podían esconderse en ningún lugar, ni siquiera entre ellos, era apestoso, un ambiente irrespirable. Un malvado en una habitación cerrada era hombre muerto, moría entre sus propios efluvios como sumergido en una fosa séptica.
Ninguna religión fue precisa, todos intentaron cambiar sus pensamientos, sus ideas, por una mera cuestión de supervivencia.
Los humos negros eran los mas pestilentes, y los blancos, como nubes de algodón, los más imperceptibles, pero en medio estaban toda la gama de colores, los rojos iracundos y los azules tranquilos, cada uno con su propio olor, visible, desde lejos, sin posibilidad de engaño.
El sistema de Justicia sufrió una convulsión. Los abogados, fiscales, testigos, acusados, todos reflejaban por color y olor cuando mentían. Y los jueces fueron los primeros en observar los procesos de la sala desde un lugar oculto para todos. Pero pronto este privilegio fue requerido también por los fiscales, y luego por los abogados, y entonces la opinión pública dedujo que tanta farsa era innecesaria. El sistema judicial colapsó.
Los notarios sin embargo tuvieron su trabajo mucho más fácil, herederos, testadores, compra-ventas, fundaciones ... a todos se les veía literalmente "el plumero" emergiendo de sus cabezas.
El reino del ser humano viviendo en la mentira se acabó de manera natural y bastante rápida.
Algunas personas intentaron inventar algo para poder seguir con su maldad sin que el resto lo viera, pero fracasaron.
Durante el mes de enero del año 2013, todo se derrumbó como si de una demolición controlada se tratase, planta por planta, a velocidad de caída libre, levantando una polvareda mayor que la de las Torres Gemelas once años atrás.
Tanto pensar, tanto pensar. Mi cabeza echaba humo. Pero literalmente, finas columnas de humo salían de entre mi pelo y ascendían hasta el techo de la habitación. Al principio me preocupé, pero luego oí en la radio que le estaba pasando a varias personas. Parece ser que la desocupación producida por la crisis había hecho que muchos se pusieran a pensar, y claro, con la falta de costumbre, las cabezas estaban que echaban humo.
Los primeros meses era algo curioso ver a alguien echando humo por la calle y pensar: mira, uno que va pensando. Y claro, inmediatamente ponerte tú también a echar humo al pensar que el otro pensaba.Los problemas aparecieron cuando en algunos lugares concurridos como las oficinas del paro, bares y parques, la atmósfera comenzó a ser irrespirable. Además, dependiendo de qué pensaras, el humo olía de una forma u otra, con lo que algunos comenzaron a quejarse del olor de los pensamientos de otros. Tu forma de pensar no me huele bien, decían.Hubo quien dijo que por el humo se podía reconocer si quien pensaba tenía una nacionalidad u otra, incluso si pensaba en un idioma determinado, con lo que comenzaron a aparecer guetos de pensadores minoritarios.Al final el gobierno tomó cartas en el asunto. Se prohibió pensar en bares, restaurantes, hospitales y centros de trabajo que fueran espacios cerrados. Igualmente se prohibió pensar en colegios y universidades, así como en su entorno y en el de parques infantiles, para preservarlos de pensamientos.Hoy, si quieres pensar, tienes que salirte a la calle. Algunos bares han instalado mesitas en la calle para pensar.
Fue uno de los efectos del 21/12/2012. Los mayas habían aventurado un cambio, pero nadie pudo imaginar que las ideas, los pensamientos, se harían visibles. Visibles y molestos, las malas ideas pululaban por doquier, eran malas porque apestaban. El juicio individual ante las personas comenzó una vorágine de introspección que resultó ser el mejor remedio para todos los males de la humanidad.
Los malvados no podían esconderse en ningún lugar, ni siquiera entre ellos, era apestoso, un ambiente irrespirable. Un malvado en una habitación cerrada era hombre muerto, moría entre sus propios efluvios como sumergido en una fosa séptica.
Ninguna religión fue precisa, todos intentaron cambiar sus pensamientos, sus ideas, por una mera cuestión de supervivencia.
Los humos negros eran los mas pestilentes, y los blancos, como nubes de algodón, los más imperceptibles, pero en medio estaban toda la gama de colores, los rojos iracundos y los azules tranquilos, cada uno con su propio olor, visible, desde lejos, sin posibilidad de engaño.
El sistema de Justicia sufrió una convulsión. Los abogados, fiscales, testigos, acusados, todos reflejaban por color y olor cuando mentían. Y los jueces fueron los primeros en observar los procesos de la sala desde un lugar oculto para todos. Pero pronto este privilegio fue requerido también por los fiscales, y luego por los abogados, y entonces la opinión pública dedujo que tanta farsa era innecesaria. El sistema judicial colapsó.
Los notarios sin embargo tuvieron su trabajo mucho más fácil, herederos, testadores, compra-ventas, fundaciones ... a todos se les veía literalmente "el plumero" emergiendo de sus cabezas.
El reino del ser humano viviendo en la mentira se acabó de manera natural y bastante rápida.
Algunas personas intentaron inventar algo para poder seguir con su maldad sin que el resto lo viera, pero fracasaron.
Durante el mes de enero del año 2013, todo se derrumbó como si de una demolición controlada se tratase, planta por planta, a velocidad de caída libre, levantando una polvareda mayor que la de las Torres Gemelas once años atrás.
Mi cabeza echa humo
Tanto pensar, tanto pensar. Mi cabeza echaba humo. Pero literalmente, finas columnas de humo salían de entre mi pelo y ascendían hasta el techo de la habitación. Al principio me preocupé, pero luego oí en la radio que le estaba pasando a varias personas. Parece ser que la desocupación producida por la crisis había hecho que muchos se pusieran a pensar, y claro, con la falta de costumbre, las cabezas estaban que echaban humo.
Los primeros meses era algo curioso ver a alguien echando humo por la calle y pensar: mira, uno que va pensando. Y claro, inmediatamente ponerte tú también a echar humo al pensar que el otro pensaba.
Los problemas aparecieron cuando en algunos lugares concurridos como las oficinas del paro, bares y parques, la atmósfera comenzó a ser irrespirable. Además, dependiendo de qué pensaras, el humo olía de una forma u otra, con lo que algunos comenzaron a quejarse del olor de los pensamientos de otros. Tu forma de pensar no me huele bien, decían.
Hubo quien dijo que por el humo se podía reconocer si quien pensaba tenía una nacionalidad u otra, incluso si pensaba en un idioma determinado, con lo que comenzaron a aparecer guetos de pensadores minoritarios.
Al final el gobierno tomó cartas en el asunto. Se prohibió pensar en bares, restaurantes, hospitales y centros de trabajo que fueran espacios cerrados. Igualmente se prohibió pensar en colegios y universidades, así como en su entorno y en el de parques infantiles, para preservarlos de pensamientos.
Hoy, si quieres pensar, tienes que salirte a la calle. Algunos bares han instalado mesitas en la calle para pensar.
Los primeros meses era algo curioso ver a alguien echando humo por la calle y pensar: mira, uno que va pensando. Y claro, inmediatamente ponerte tú también a echar humo al pensar que el otro pensaba.
Los problemas aparecieron cuando en algunos lugares concurridos como las oficinas del paro, bares y parques, la atmósfera comenzó a ser irrespirable. Además, dependiendo de qué pensaras, el humo olía de una forma u otra, con lo que algunos comenzaron a quejarse del olor de los pensamientos de otros. Tu forma de pensar no me huele bien, decían.
Hubo quien dijo que por el humo se podía reconocer si quien pensaba tenía una nacionalidad u otra, incluso si pensaba en un idioma determinado, con lo que comenzaron a aparecer guetos de pensadores minoritarios.
Al final el gobierno tomó cartas en el asunto. Se prohibió pensar en bares, restaurantes, hospitales y centros de trabajo que fueran espacios cerrados. Igualmente se prohibió pensar en colegios y universidades, así como en su entorno y en el de parques infantiles, para preservarlos de pensamientos.
Hoy, si quieres pensar, tienes que salirte a la calle. Algunos bares han instalado mesitas en la calle para pensar.
Salir por la noche
Ayer salí de juerga. Y hoy estoy hecho un mentecaca (como dirían Hora de aventuras, mi serie de dibus preferida). Creo que salir de noche está sobre valorado. Yo he salido 14.723 veces, contando la de anoche (llevo la cuenta en mi libreta, donde lo anoto todo). De todas ellas he conseguido pillar cacho sólo 4 (y una de ellas era un tío). Sin embargo, en 27 ocasiones he pasado el bochorno de coincidir llegando a casa con mi padre que salía a trabajar. Que salir de noche está sobre valorado, os lo digo yo.
Cerveza
Algunas veces cuando reflexiono acerca de toda
la cerveza que he bebido, me siento avergonzado. Pero luego veo mas
allá del tarro y pienso en los trabajadores de la cervecería y sus sueños y
esperanzas. Si no bebiera yo esta cerveza, ellos podrían perder sus
trabajos y todos sus sueños se verían deshechos. Entonces me digo, Es mejor que
yo me beba esta cerveza permitiendo que sus sueños se conviertan en realidad a
que yo sea egoísta y me preocupe por mi hígado.
Soñar
Por mas que traten de destruir tus sueños no debes dejar de
soñar, pues el hombre que no sueña jamás sabrá la razón de su existencia.
Javi Aguilella
Ayer tuve la suerte de escuchar a Javi Aguilella, un gran poeta y una de las mentes perversas que más admiro, recitar algunos poemas acompañado de la música de la Onda Big Band, de su nuevo libro El universo de los perdedores. Fue una verdadera gozada que quisiera compartir. Estos versos son suyos:
Paséame la espalda, soy camino.
Pero quédate un rato, soy estación.
Paséame la espalda, soy camino.
Pero quédate un rato, soy estación.
Sufrir
Hay
personas en este mundo que buscan la felicidad a través del sufrimiento y no se
dan cuenta de ello... Me pregunto si yo seré uno de ellos.
Esquimales (2)
¿Qué les dicen los papás esquimales a sus hijos para explicarles la reproducción? ¿Que a los niños los traen los pingüinos?
Esquimales
Los esquimales tienen doscientas voces para describir el
color blanco.
Yo busco el pueblo que tenga el mismo número de vocablos para
matizar el sexo.
Bocados sabrosos

"Escribía sus poemas en las servilletas de papel de los
bares. A veces los regalaba, otras los guardaba en el bolsillo. Es que andaba
resfriado. La vida hace efímero el arte."
Si lo has leído aquí estás obligado moralmente a comprar el libro ¿eh?.
Lotería
Loterías del Estado que nos informa que este martes hay un
bote de 126 millones de euros. Vale un euro y medio. Ya sé que es como tirarlo
por la taza del wáter. Pero siempre queda esa millonésima esperanza de trincar
el bote y pode decir bien alto: ¡que os den!.
Principio de incertidumbre
No hay nada seguro en esta
vida excepto la incertidumbre, y es la incertidumbre la que hace de la vida
algo muy interesante.
Simca 1000
La famosa canción de Los Inhumanos "Qué difícil es hacer el amor en un Simca 1000" fue un himno generacional. Sin embargo a mi me pilló pequeño aún. No sabía entonces ni como era un Simca 1000. Y tampoco cómo hacer el amor. Hoy he de reconocer que sigo sin haber visto nunca un Simca 1000 en directo, aunque he visto fotos. De hecho todo lo que sé sobre el Simca 1000 es a través de internet. Y de cómo hacer el amor también.
Música
Era muy malo para la música. Tocaba la flauta por obligación en el instituto y lo hacía fatal. Leer las notas le llevaba el doble de tiempo que a los demás, con lo que la melodía sonaba como cuando ponías el tocadiscos a menos revoluciones. Era tan lento tocando que una vez, por los nervios de tocar ante todos, se desmayó en clase y en lugar de volver en si volvió en la sostenido.
El marido de la prójima
No
desearás la mujer del prójimo...
¿Y qué pasa? ¿Dios no dice nada acerca del
marido?
Julio Cortazar
Mañana lunes comienzo un curso de IESE, cosas del curro, por eso escribo el telegrama por adelantado, y como no se me ocurre como mejorar el aforismo original en el que estoy pensando, os lo copio tal cual, advirtiendo que su autor es Julio Cortazar: Nada se ha perdido si se tiene el valor de proclamar que todo se ha perdido y hay que empezar de nuevo. Toca estudiar de nuevo, pues.
Socarrona
Cansado de esperar en la parada sin que pasara ningún autobús, me atreví a preguntarle a la chica de mi lado: ¿pasará por aquí el 10?. Ella me miró socarrona, consultó su agenda y me contestó: Lo siento, el 10 estoy en Madrid.
La desnudez
Texto crítico del catálogo de la exposición "La fugacitat de l'existència" del escultor Martí Moreno.
Todo aquel que se acerque a
la obra de Manuel Martí Moreno apreciará fácilmente la valoración que el
artista hace de los materiales como parte fundamental del proceso, una
aportación de Constantin Brancusi que habría de revolucionar la escultura del pasado
siglo.
También le resultará obvio
al espectador que, lejos de ajustarse a los prototipos históricos, el escultor
prescinda de todo rigorismo iconográfico en la búsqueda de cierta austeridad
formal que resulta potenciada por el uso de determinados materiales como las
mallas metálicas o las tuercas, o la claridad monocroma con que reviste los
acabados.
Así mismo es justo referenciar el cadencioso y cautivador desarrollo del movimiento, manifestado
por una clara preferencia por los ritmos suaves y por formas ligeramente
oscilantes con respecto a sus ejes de simetría, como procedimiento básico para
romper el riguroso esquema compositivo bilateral de base que impera en la
anatomía humana, y aportar esa contenida movilidad a la que Martí Moreno nunca
renuncia en sus obras.
Este mismo sentido dinámico
es igualmente logrado mediante el empleo de las líneas fluctuantes y suaves
ondulaciones de los contornos, así como del uso frecuente de la clásica postura
del contraposto, que dota a sus figuras de una notable elegancia.
Dicho esto, y
auto-justificada en unas cuantas líneas la amable invitación a redactar unas
palabras, me permito una reflexión sobre un aspecto de la obra de Martí Moreno
que me parece especialmente interesante. Me refiero a sus característicos
rostros y cuerpos desnudos e incompletos. Estas piezas se presentan formalmente
muy depuradas, carentes de detalles y rotundas en su expresión. Aún teniendo en
cuenta que sus obras verdaderamente abstractas son muy escasas, al menos por lo
que yo conozco, el autor gusta de jugar con la idea de contraste entre masa y
vacío, un camino de síntesis donde Martí Moreno pasea bordeando lo abstracto entre
la sencillez y el mágico equilibrio de líneas y volúmenes.
Hace un tiempo tuve el inmenso placer de presentar
una exposición de Manuel Martí Moreno en Castellón. Fue entonces cuando un
amigo común, el pintor Amaury Suárez, me descubrió las semblanzas de Martí
Moreno con el renombrado escultor israelí Niso Maman. Tan acertado e incisivo
como siempre, Amaury reconoció en ambos artistas un dominio técnico suficiente
como para permitirles apoderarse de las curvas del cuerpo humano a través de
materiales metálicos. Fascinante ese contraste
entre la forma y el medio que posibilita alcanzar una nueva visión sobre la
desnudez.
Pocas veces
un artista presenta la desnudez como lo hace Martín Moreno. Y no hablo sólo de
cuerpos, sino también de rostros desnudos, o ¿acaso la faz no es sino un fragmento
del propio cuerpo?
Hablo de desnudez, más que de desnudos, y lo hago premeditadamente. Creo
que la contemplación de las creaciones de Martí Moreno debe partir de la
consideración de la desnudez como algo que va más allá de la simple realidad
del cuerpo despojado de vestimentas, algo que está relacionado con las circunstancias
mismas de la percepción social y de la ideología del ser. Y con la necesidad de
visualizar la realidad del cuerpo como una problemática básica del pensamiento
enfocado al análisis de las cuestiones humanas.
Tampoco estoy descubriendo nada. Parte de
estos planteamientos fueron desarrollados por el crítico Kenneth Clark hacia
1953 en un ciclo de seis conferencias sobre el desnudo artístico realizadas en la National Gallery
of Art de Washington. En algún aspecto me sirven para este breve comentario, sobretodo
en cuanto señalan la diferencia entre dos cosas que parecerían ser iguales o,
al menos, muy similares. El caso es que de acuerdo con estos conceptos, Clark
afirmaba que no es lo mismo estar desnudo que ser un desnudo. La lengua castellana no posee dos palabras distintas para
calificar a estos dos estados, al contrario que los ingleses que, pudorosos,
aquí han contradicho su tradicional escasez léxica (the naked versus the nude).
Sea como sea, con Martí Moreno, Clark ha sido superado en su concepción
puramente idealista e idealizada del problema, porque no hay mejor manera de
mostrar un desnudo que mostrándose desnudo (y siéntase aludido el autor y
también el espectador).
Para Clark ser un desnudo equivale a ser
visto en estado de desnudez por los otros y, sin embargo, no ser reconocido por
uno mismo. Es decir, para que un cuerpo desnudo se convierta en un desnudo es
preciso que se le vea como objeto. Y el verlo como objeto estimula el usarlo
como objeto. Sin embargo eso no es así en la escultura de Martí Moreno, quizá
porque no sean desnudos clásicos lo que reflejan, sino la desnudez que se
revela a sí misma. La desnudez no se exhibe, mientras que el desnudo no deja de
ser una forma más de vestido.
Desnudémonos como Martín Moreno lo ha hecho en estas obras. ¿O no se
siente uno desnudo, desprotegido, cuando acalla nuestra voz la mirada al ver la
desnudez de aquellos cuerpos? Se siente uno
desnudo cuando el escultor corta el cuerpo modelado como de una dentellada y
deja invisible a los ojos, visible a la imaginación, todo aquello que no fue.
Desde un punto de
vista más objetivo, lo único que podemos considerar en la imagen de un desnudo
es la forma en como esta escultura utiliza ese hecho estructural tan implicado
en nuestra percepción del mundo y tan cotidiano a fin de cuentas, la desnudez
del cuerpo humano, para recrear su significación en distintas formas. Además,
en el caso de Martí Moreno, esas formas bien pueden llegar a sorprendernos,
incluso a pesar de la experiencia que nos proporciona la sana costumbre que
algunos practicamos de recrear constantemente la desnudez en nuestra
imaginación. Todo desnudo de Martí Moreno, de una u otra manera, se manifiesta
como un posible golpe directo a nuestra percepción. De alguna forma el cuerpo fragmentado
siempre nos interpela y nos habla directamente. De alguna forma no podemos
llegar a ser totalmente indiferentes ante la corporeidad metálica que nos
presenta.
La tensión que se
establece entre el desnudo tradicional y la introducción de una significación
social e ideológica en la obra, pone de manifiesto cómo Martí Moreno subvierte
para siempre la tradición clásica del desnudo.
La superficie se convierte
entonces en punto de encuentro entre el empuje interno de la obra y la mano del
artista.
No se si he sido capaz de explicarme. Puedo
excusarme en que las letras no pueden dar cuenta de la desnudez porque la
desnudez, en el arte, requiere de la mirada. Es por eso que lo que tienen que
hacer es mirar las esculturas y sentir su capacidad de sugestión: ellas les
dirán mucho más sobre la misma belleza, a simple vista y sin una sola palabra,
que lo que yo puedo ser capaz.
Son esculturas como éstas las que hacen
posible la contemplación de la desnudez más allá de la desnudez original. Porque
la desnudez de la obra de Martí Moreno hace visible la desnudez propia de la
vida real.
Desesperación
A veces uno se siente tan desesperanzado como si estuviera
esperando el autobús en medio del desierto.
Jugar
Por la noche, mientras mi hijo duerme, me gustaría apropiarme
por un instante de sus juguetes.
El oso que quería viajar a la luna para saber si sabía a queso.
Publicado en Castelló al mes (agosto 2012)
Érase
una vez un oso polar quería viajar a la luna para saber si sabía a queso (no me
negaran que he acertado con el título). El oso lo había intentado todo, que era
más bien poco, es decir, había
saltado y probado con la teletransportación. Pero nada dio resultado. El oso
sabía que la única forma de llegar a la
Luna era ir a la
NASA y secuestrar uno de sus cohetes. Pero ¿cómo diablos iba a llegar allí?
El oso pensó en su abuelo, famoso viajero, que un centenar de años atrás salió
a ver mundo sobre un sólido iceberg hasta que una gigantesca nave lo golpeó en
1912. Entonces el abuelo oso saltó
al barco, que venía de Belfast, y comenzó una matanza que no terminó hasta que
lo hundió. Pero eso es otra historia. Nuestro oso optó por hacer dedo y,
afortunadamente llegó Chuck Norris y lo trasladó a la NASA (no se me ha ocurrido
nada mejor). El oso dio las gracias a Chuck y le preguntó a la recepcionista de
la NASA que dónde
estaban los cohetes. La mujer se levantó lentamente detrás del mostrador y salió
corriendo mientras daba unos gritos audibles a kilómetros de distancia. Aunque el oso intentaba calmar a la gente
diciéndoles que no tenía mala intención (bueno un poco sí porque quería robar
un cohete, pero sin comerse a nadie) lo único que los científicos oían
era un rugir feroz. En ese momento el oso sintió el dolor agudo de un dardo
tranquilizante en el culo y cayó al suelo en un profundo sueño. Cuando despertó,
miró a su alrededor, y se dio cuenta de que lo habían llevado al zoológico de
San Diego, conocido por su escasez de los osos polares. El oso sacó el dedo de nuevo con la
esperanza de que Chuck Norris lo recogiera, pero esperó, esperó y esperó, y
Chuck no se presentó. El oso
levantó la vista para ver la multitud congregada espectante y reconoció a Tim
Allen, que como es el tipo que hace siempre de Santa Claus en las pelis y sabe
del Polo Norte, salvó al oso y lo convenció de que no estaba destinado a
aterrizar en la luna para comer queso. El oso encontró trabajo en Catí como
catador especializado en frescos. Y este es el final feliz de la historia. Está
bien, supongo que no se lo creen. Poco realista ¿no? Les cuento la verdad: lo
cierto es que no fue un final feliz, dos años más tarde el oso era un adicto al
queso, tuvo que ir a rehabilitación donde se hizo amigo del monstruo de las
galletas que estaba quitándose de las Oreo. Cuando
fue dado de alta se mantuvo limpio durante tres años hasta que un día se
confió y probó una tarta de queso y frambuesa. Después de eso volvió a ser un adicto. Le compraba el género a un traficante
de cheader de los contenedores de Carrefour. El oso se comió todo el queso que
pudo, luego lo inhaló, se lo inyectó e incluso se lo fumó. Murió de sobredosis de gorgonzola.
Pero la moraleja es que ese oso fue una inspiración para todos los osos
polares, les mostró que deben luchar por sus sueños. Después de su muerte lo convirtieron en
una alfombra y aún se encuentra en el despacho del presidente de la Diputación hoy en día.
Es la razón por la que al entrar en la Diputación se siente un fuerte olor a camembert.
O eso me han dicho.
Placer
Creo, con los epicúreos, que la vida es fundamentalmente
placer. Aparte del placer sexual que es el más evidente, hay otros placeres
importantes como el de la soledad y el de la compañía y el placer de dar placer
y el de recibirlo y el placer de descubrir la belleza oculta de las cosas y
muchos más que ahora no se me ocurren, pero que constituyen el placer de
existir.
Sobre los políticos (haciendo amigos)
Me importa bien poco qué político nos gobierne. De hecho, el empeño de los partidos a la hora de manifestarse de muy distinto y más amable signo, me resulta irrelevante, al fin y al cabo todos practican el antiguo arte del disimulo y la mentira para conseguir el beneficio personal o de su colectivo (¿o alguien duda de eso?.
Sin embargo, me merece más atención el lodo que pisan esos políticos la zafiedad del barro que los sustenta y que
reside en todo títere humano defensor, votante fiel, pelotero aspirante a ser algo, servidor al fin y al cabo, de tan aborrecibles especímenes.
Los días y la vida
A veces coincido con Jacinto Benavente cuando decía que se le hacían los días largos y la vida corta.
Historia de mi nombre
Hasta los diez años más o
menos me llamaban Joanet, sobretodo mis abuelos. A mis padres no les convencía
mucho el nombre. Se le quedará así y es nombre de niño, decían. A los trece,
con el cambio de voz, decidieron que Joanet ya no correspondía con mi talante, y
que la versión castellana Juanito, o Juani, de uso íntimo, tampoco era
adecuada, así que pensamos que el mejor nombre que me podía ir para la
adolescencia recién estrenada era el de Juan. Pero este nombre perdió todo su
prestigio justo el día que perdí la virginidad, cuando en pleno éxtasis, aquella
chica me llamó Carlos.
Pesimismo
Es mejor ser pesimista que optimista. El pesimista acaba
feliz cuando acierta y cuando se equivoca.
En prisión
Si le preguntas a un preso:
- ¿Y tú por qué estás aquí?
Lo más probable es que te conteste:
- Porque no me dejan salir.
El universo en un culo de mujer
Viéndola desnuda, acostada en la cama, dándome la espalda, uno se pregunta qué tendrá el universo que ella no tenga.
Perraca
El la llama perra. Le
gusta llamarla así mientras le aprieta la garganta con una mano y con la otra
le hurga el sexo debajo de la falda. Le gusta que ella diga sí cuando él le
pregunta si le gusta así, fuerte. La monta como a una perra, sobre el mármol de
la cocina. A ella le gusta el sexo pero no siempre así, como un ejemplo de
sometimiento. Anhela también sentirse amada con dulzura. Esta vez él la ha
sorprendido bastante cerca del juego de cuchillos ordenados en su taco de madera.
Cuando ella se gira y lo mira a los ojos, él se da cuenta de que ella es una
perra de las que no ladran, pero sí muerden.
Náufrago
Todas las
mañanas baja corriendo hasta la playa, para ver si las olas han arrastrado
algún objeto que pueda serle útil en su vida: un jirón de vela, unas tablas,
alguna cuerda, incluso algún alimento enlatado. Pero, rara es la vez que
encuentra algo provechoso. Tampoco vislumbra frecuentemente en lontananza la
silueta de ningún barco, y si lo hace, por más que grite y agite los brazos,
nunca le ven.
A veces piensa
en abandonar. Aburrido y descorazonado, a mediodía recoje la toalla y la
sombrilla y se va a la piscina del hotel.
Optimistas y pesimistas
Lo del optimismo y el pesimismo es muy relativo, me pregunto qué pensará un optimista y un pesimista sobre un vaso medio lleno o medio vacío pero de veneno.
Placeres
No en pocas ocasiones placeres como el buen comer, el whisky o el sexo pueden incluso saber mejor cuando son producto de una simple transacción
monetaria.
Arte contemporáneo
Ayer impartí una conferencia sobre arte contemporáneo en la Facultad de Urbanismo y Artes de la Universidad Nacional de Ingeniería de Lima, y he llegado a la conclusión de que innumerables artistas
contemporáneos no son artistas y —fíjense bien les dije a los estudiantes— tampoco son contemporáneos.
ñalsfhjaoiwrhfwaoifhnapir
shalkjhadjfglaiurghfuifñjhbgwhchvuqhcñwoithcmiohvñwlctwijqchivioeqñ...
Es imposible escribir sobre la mujer que amas... siempre tienes las manos ocupadas en otras cosas.
Es imposible escribir sobre la mujer que amas... siempre tienes las manos ocupadas en otras cosas.
Realismo mágico
Al
parecer, antes de subir a los cielos Cristo le ordenó a sus discípulos «Id por
todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura» (Marcos, 16: 15), de
donde se desprende que uno de los discípulos de Jesús tuvo que haber llegado a
tierras americanas mucho antes que Colón. Algunos teólogos, después de contrastar
las informaciones provenientes de los Hechos de los Apóstoles, han llegado a la
conclusión de que el apóstol San Bartolomé había predicado el evangelio en el
antiguo Cuzco, en Perú, donde habría recibido martirio bajo el gobierno del Inca Sinchi
Roca. Esta hipótesis fue corroborada recientemente por un médium extremeño que contactó con
el espíritu de Francisco Pizarro.
Joder, y luego dicen que el realismo mágico procede
de las creencias y supersticiones precolombinas.
Amor y odio
Quebrado, roto, dividido,
doblado, cascado, torcido, tronchado, cortado, herido, separado, despedazado,
partido, rajado, desbaratado, destruido, descacharrado, descompuesto,
deteriorado, aplastado, fragmentado, desvencijado, triturado, molido,
estropeado, rendido y muerto. Así estoy. Te amé tanto como se puede amar. Para
ti nunca fue suficiente. Te odié tanto como se puede odiar. Para mí nunca será
suficiente.
Sensualmente
Voy
a contar una historia pornográfica, lo advierto. Tienes que leerla como si
fueras ciego, pasando suavemente las
yemas de los dedos por cada línea, con los labios entreabiertos, deteniéndote
unos instantes hurgando en el hueco de la o, metiendo los dedos por debajo de
los pliegues de la m, saboreando los espacios entre las palabras, los
silencios, sin los cuales no habría tensión ni vértigo, sin desdeñar las
conjunciones ni todas esas palabras supuestamente menos importantes pero
imprescindibles para alcanzar el placer. Quiero que al llegar a lo esencial, lo
hagas sin prisa pero con pasión, que no te importe el temblor de la mano ni que
se te escape algún sonido incontrolado de la boca. Eso es, aprieta el dedo, casi
horadando el papel, deseoso de llegar al final y también de demorarlo. Así.
Así.
Chupapollas
Dice el refranero que puedes
construir un millón de puentes y chupar un solo pene, y nunca serás recordado
como ingeniero sino como chupapollas.
Nada que decir
Tengo tanto en común con ella que cuando nos encontramos no
tenemos nada de qué hablar.
La vida en cautiverio
Lima es una ciudad enorme, de nueve millones de habitantes que ocupan todo estrecho espacio que el Pacífico y los Andes dejan. Poder pasear por el parque de los enamorados y el puente de los suspiros hasta la alameda (el de la canción) es un lujo aquí. Eso me hace pensar que los
seres humanos nos hemos especializado en vivir reunidos, para lo cual
construimos ciudades dentro de los bosques. Luego, para engañarnos, o quizá por
una añoranza ancestral, construimos pequeños bosques dentro de las ciudades.
Creo que esta paradoja se repite también en el interior de cada persona. A lo mejor por eso triunfan los programas reality tipo Gran Hermano, porque ya no interesa la vida salvaje en
libertad, sino la vida civilizada en cautiverio.
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