Hace poco más de cinco años comenzaba una
aventura como director de Castalia Iuris, con ilusión, responsabilidad y,
naturalmente, temores ante el reto que tenía por delante. En estos años he
vivido toda clase de experiencias, la mayoría muy gratificantes, emocionantes, conmovedoras
e inolvidables.
El camino no ha sido siempre fácil, sin embargo
conté desde el principio con la confianza de mucha gente, especialmente de los
tres notarios que tuvieron la valentía de imaginar algo como Castalia Iuris, y
también con la esperanza, los sueños e ilusiones de muchos artistas, escritores,
periodistas, amigos que no han dejado nunca de estar presentes. Por eso, mil
gracias.
El permitirme compartir vuestra historia me hizo
confirmar que, si bien las recompensas materiales son necesarias para el diario
vivir, vuestra amistad ha sido la que realmente me han permitido gozar de esta
vida. Gracias por abrir vuestros anhelos a mi trabajo, sin el vuestro el mío hubiera
sido imposible.
Aquí pretendía citar algunos nombres, pero la lista
era demasiado extensa. Los que leéis estas líneas y me conocéis, ya sabéis que
prefiero cambiar vuestra mención por un abrazo en persona. Y es que han sido
más de cien exposiciones de arte (al contarlas ahora me sorprende a mi mismo la
cantidad) a las que habría que sumar un número similar de conferencias, charlas,
seminarios, presentaciones de libros y proyectos, mesas redondas, desfiles de
moda, conciertos de música...
Mi empeño fue también dar a conocer Castalia Iuris
en todos los ámbitos culturales posibles. En ese sentido disfruté escribiendo
críticas a todos aquellos que me lo solicitaron. Desde el centro desarrollamos
tareas de asesoramiento artístico y montajes de exposiciones en otros lugares;
elaboramos y gestionamos una página web de fácil acceso para informar de todas
las actividades y acontecimientos que rodeaban a nuestra asociación; apostamos
por el uso de las redes sociales, Facebook, Twitter o Linkedin nos han
permitido conversar sobre temas culturales y reflexionar sobre las diferentes
situaciones que surgían en el día a día; y también firmamos convenios de
colaboración con diferentes universidades como la Universitat Jaume I y la
Universitat de València, ofrecimos un postgrado en gestión cultural local con el
objetivo de impartir conocimientos, herramientas y estrategias específicas para
favorecer la inserción laboral y la mejora en los lugares de trabajo de los
profesionales del sector, y también abrimos la posibilidad de que los
estudiantes de diferentes disciplinas humanísticas pudieran realizar sus
prácticas en Castellón.
Siempre pensé que Castalia Iuris existía por y para
la gente que tenía algo que decir, que mostrar. Creo haber conseguido que una
asociación como esta se haya convertido en la casa de muchos. Al menos ese era
mi sueño.
Tengo la enorme satisfacción de haber recibido de
todos los que os habéis cruzado en mi camino una influencia altamente positiva.
A vuestro lado he aprendido mucho. Mucho más de lo que imagináis vosotros e,
incluso, mucho más de lo que yo mismo puedo imaginar. Quiere esto decir que,
esté donde esté, y de modo seguro e inevitable, llevaré siempre conmigo,
formando parte de mí mismo, algo de cada uno de vosotros.
Mi decisión no ha sido fácil. No tengo duda de que
cada experiencia vivida, cada una de las personas que he conocido sin excepción,
ha contribuido a la base de mi existencia y ha hecho que cada momento de mi
vida sea especialmente importante. Pero ha llegado el momento de hacer otras
cosas, plantear nuevos retos, sabiendo que, aunque nada sea igual, siempre
tendré vuestra amistad, y quién sabe, quizá un futuro en común.
Pero no creáis que firmo una carta de
despedida, es sólo un telegrama de agradecimiento, una súplica para que contéis
conmigo en días venideros, un hasta pronto y un sincero agradecimiento.
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