Dijo Hegel
—creo que fue él, pero si no lo fue, que me demande por difamación— que lo
único que los hombres aprendemos de la historia es que no aprendemos nunca nada
de la historia. Esta paradoja tiene un nombre especial en lógica, es semejante
al planteamiento irresoluble de que el ateniense Epaminondas afirme que todos
los atenienses mienten. ¿Dice verdad o mentira?. Y con esto doy por satisfecha
la dosis anual de erudición pedante e innecesaria.
2 comentarios:
Una sonrisa nunca sobra, siempre es necesaria. Y la de hoy me ha gustado, (esos griegos siempre en sus paradisíacas playas llenas de dios@s).
@jinquer Ya sabía yo que a ti la pedantería te iba a gustar
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