Erase una vez un león, en la selva, que siempre estaba triste, y por eso el color de su piel comenzó a cambiar y se
volvió azul oscuro, que era un color, pues eso, triste, como el gato triste y azul de Roberto Carlos pero en grande. El león azul se hizo
muy popular en la selva a causa de su extraño color, por lo que una gran
cantidad de animales viajaban desde muy lejos hasta los dominios del león sólo
para verlo y burlarse de él porque era diferente, hasta que un día, una jirafa
que caminaba a través de los dominios del león azul, sintió lástima por él y lo
defendió, dando cabezazos a todos los demás animales que se reían de él. Cuando
el león azul vio cómo la jirafa lo estaba defendiendo, cayó locamente enamorado
de ella, así que trató de acercarse y hablar con ella, pero la jirafa
huyó temerosa de ser devorada. Los amores imposibles existen.
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