En una película antigua, una esposa salió al encuentro de la
amante de su marido. Le dijo que para ella, su marido no era más que un
capricho, mientras que tras años de matrimonio, aún seguía amándolo. La amante,
conmovida, dejó que la esposa tomara su lugar en la cita nocturna que iban a
tener, y el marido, a oscuras, hizo el amor con su mujer pensando que era la
otra. A la mañana siguiente, arrepentido y consciente de que había sido una
aventura pasajera, el marido volvía con su esposa. Aquí terminaba la película,
pero yo me pregunto, ¿si en lugar de ser la esposa hubiera sido la amante la
que hubiera acudido a la cita, y ésta fuera un animal sexual, el marido se
hubiera arrepentido? ¿No será que la esposa era tan mala en la cama del hotel
como en casa y puestos a tener lo mismo, pues se queda en casita que es más
cómodo?. No soy lo que se dice un romántico, ¿no?.
5 comentarios:
Yo sin luz, ni agua me llevo a la boca
Yo sin luz, ni agua me llevo a la boca
Yo sin luz, ni agua me llevo a la boca
Yo sin luz, ni agua me llevo a la boca
Yo sin luz, ni agua me llevo a la boca
Publicar un comentario