Despertó para descubrir que
estaba paralizado. No podía mover ninguna parte de su cuerpo, ni siquiera
podía hablar ni abrir los ojos. Oyó la voz triste de su esposa. ¿Estoy
haciendo lo correcto, doctor?. Sí, fue la respuesta, lo único que lo mantiene
vivo son las máquinas.
1 comentarios:
Mira que acostarse con el doctor delante del marido moribundo.
¡Hay gente pa tó!
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