“No soy partidario de darle vueltas a una situación que solo
el tiempo puede aclarar. ¿Qué me importa a mí si Hitler se suicidó por perder
la guerra o por haber visto su factura del gas? Lo importante es que la palmó.
(...)
Si no sabes aún a dónde vas, lo único que consigues es plantearte una
variedad casi infinita de escenarios futuros. Es como montar un mueble del Ikea
sin los planos. Existe una ley, llamada de Rap, sobre la reproducción inanimada
que dice que si desarmas una cosa y la vuelves a montar, y repites el proceso
varias veces, al final tienes dos cosas. En los asuntos del corazón es igual,
no vale la pena ponerse a construir la relación, al menos hasta saber si ambos
tenemos los mismos planos y hemos comprado el mismo mueble, porque puede que
nos salgan dos relaciones diferentes en lugar de una en común.” Lo dijo el Asesino gourmet, que mañana miércoles estará firmando ejemplares en Babel a partir de las 19h, en compañía de otros locos escritores de la Asociación AMART.
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