A veces oigo cosas
sobre otras vidas que me resultan familiares. Y es que la otra noche me desperté
sobresaltado. La habitación estaba en absoluta oscuridad y escuchaba la
respiración de mi mujer. Alargué la mano y cuál fue mi sorpresa al tocar una
larga cabellera rizada que se movía acompasadamente. ¡Joder! pensé (porque
hasta en pensamientos se puede ser malhablado), ¿Quién está en mi cama? Al
encender la lámpara vi una estupenda morena a mi lado, que se escondió debajo
de las sábanas, murmurando algo así: ¡No sea maldito y apague! Debo aclarar que
mi pareja habitual es también estupenda, pero rubia y de pelo liso, así que
decidí despertar a la desconocida meciéndola delicadamente. Entonces me dijo:
¿Quiere el potrillo volver a empezar? Y yo repliqué cortésmente: Mire, no sé de
qué me habla ni sé quién es usted. A lo que la morena respondió con un: No
mames mi güero, quiero dormir un poco más. Me levanté, de puntillas salí de mi
casa y me encontré en una gran avenida, paré un taxi y le di la dirección de
mis padres. Un chófer con largos bigotes me miró con cara de pocos amigos y me
dijo: No conozco esa calle. ¿Dígame en qué colonia queda? Entonces me armé de
valor y le pregunté dónde estábamos, y mirándome como a un idiota el tipo me
dijo: en Nogales, distrito de Sonora. ¡Joder! (esta vez lo dije, no lo pensé) o
esto es México o una nueva actividad de la Pascua. Me bajé del taxi y regresé a
mi supuesta casa. La morena estaba aún en la cama. No me atreví a mencionarle
mi más absoluto desconcierto, me quité la ropa y me acosté. La morena, con ojos
lánguidos me susurró al oído: Eres un tipazo, un amante bestial. Y como allá
dónde fueres haz lo que vieres, me puse... digamos cariñoso. Ya iniciada la
faena sonó el teléfono. Di un salto en la cama y vi que eran las nueve. Miré
hacia mi izquierda para ver si la Lupita había despertado, pero estaba solo en
mi cama. Abajo, en la cocina, escuchaba a mi mujer hablar con mi hijo. El del
teléfono era mi compañero Jorge, que me llamaba para saber qué me había
sucedido. Intenté explicarle que había estado viviendo mi otra vida en México,
pero como mi relato resultaba un tanto incoherente, tuve que mentirle y le dije
que me había quedado dormido.
Publicado en Arrels, 7 de marzo de 2012.
Publicado en Arrels, 7 de marzo de 2012.
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